La violencia machista está arraigada en la sociedad dominicana. En su vida cotidiana, los dominicanos expresan en sus conversaciones entre 35 a 40 calificativos para el órgano reproductor del hombre que refuerzan su conducta machista, entre los que se encuentran tolete, bate, fuete, gu.., cable, tronco, tranca, tabla, macana, ripio, fuete, cocote, sable entre otros calificativos que, en ningún caso, se acerca al nombre real de pene.
Para el psiquiatra y psicoterapeuta Secundino Palacios, cada uno de estos epítetos que parecieran inofensivos a la vista de las personas comunes, guardan un significado profundo, cultural y psicosocial que condicionan al niño, joven y adulto a una masculinidad distorsionada que tiene como fundamento principal la “autoridad” del hombre y la necesidad de ser “un macho” en el trato con una mujer.
“Todos los adjetivos calificativos que tiene el pene, y que se manejan a diario, como: una pela de ripio, son sinónimos de autoritarismo, de brutalidad, de maltrato, de atropello, de violencia”, explica el siquiatra y terapeuta Secundino Palacio, quien a seguida agrega: “porque al que le dan una pela de macana, porque tiene un pene como una macana, eso no es ternura…. la sexualidad es algo hermoso”.
Consideró como un error ir a una relación sexual con una visión “de que tú lo que lleva es un bate, una tranca o una macana”, tras indicar que cada calificativo que le da el hombre al pene son una expresión de la tiranía, el nepotismo y la tortura heredada de regímenes pasados.
“La construcción de un pensamiento distinto alrededor de la vida sexual tanto masculina como femenina, necesita un proceso de crecimiento humano, emocional y muchas horas de trabajo socioeducativo, para desterrar esas jergas arraigadas en la sociedad”.
En ese sentido, sostuvo que la nueva masculinidad debe estar basada en la construcción de un ser humano más integral, que maneje con mucho más habilidad la condición de ciudadanía, proceso que en el país, a su juicio, está dando señales altamente elocuente de que la condición de ciudadanos es cuestionable.
Sostuvo que el crecimiento humano, emocional y social de los dominicana es muy bajo, además de que demuestra enanismo emocional, que se manifiestan a través de los insultos, maltratos, insultos, pistolas por cualquier cosa insignificante, entre otras cosas.
Nueva feminidad. De acuerdo a Palacios, tanto la construcción de una nueva masculinidad, a partir de los elementos anteriormente reseñados, debe también pensarse en la construcción de una nueva «feminidad», como parte del proceso de construcción de una sociedad civilizada orientada al buen vivir.
«Ambas cosas están íntimamente relacionadas… y ahí hay que hacer un trabajo de campo antropológico y psicosocial, porque el autoritarismo que venimos arrastrando en los 30 años de tiranía (de Rafael Leonidas Trujillo), en los 20 años de balaguerismo (Joaquín Balaguer), y todas estas cosas como yo soy un macho», ha infundido atrasos en el pensamiento del dominicano.
Citó que en el caso de la mujer también existen epítetos diversos que nombran la vagina, que están muy arraigados en la sociedad. «Asimismo como el órgano sexual masculino se le llaman con todos esos epítetos burdos, machista», así también hay calificativos en el caso de la mujer.
Más de 80 muertes. El auge de los feminicidios en República Dominicana, que de acuerdo a cifras oficiales asciende a 80 en lo que va de año, ha disparado las alarmas entre las autoridades que en su afán para combatirlo, han lanzado programas no integrales que buscan construir una nueva visión del hombre hacia la mujer, a partir de la construcción de una nueva masculinidad, o con el mensaje: Ni una sola más.
Geraldine Sánchez, de 29 años de edad, fue la más reciente víctima de feminicidio que azota a la República Dominicana, ejecutado hoy 24 de noviembre por su ex pareja Martín Batista cuando ésta estaba en horas laborales, precisamente en la víspera de la celebración del Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer.
Sánchez dejó un niño de dos años en la orfandad que se unirá a la cifra de más de 14,000 infantes que en los últimos años han perdido sus padres o uno de ellos, según registra Visión Mundial y la Iglesia Católica en su informe del pasado 8 de este mes de noviembre.
Los hechos de feminicidios ocurren en medio de la puesta en marcha de programas puesto en marcha por el Ministerio de la Mujer, la Procuraduría, el Despacho de la Primera Dama y otras instituciones que de manera propia, toman iniciativas sobre el tema, sin que hasta el momento se haya logrado resultados positivos, tanto en relación al cambio de mentalidad del hombre, como en sus acciones.