Son historias estremecedoras. Sus narradores, jóvenes dominicanos de ascendencia haitiana afectados por la sentencia 168/13 sobre el régimen de adquisición de la nacionalidad, describen con sencillez el estado de indefensión en que quedaron frente al fallo que le cercenó su derecho de obtener documentos, trabajar, estudiar y reconocer a sus hijos.
«Cuando la caña se acabó, el gobierno ya no quería haitianos y comenzaron a deportarlos», expresa Liliana Nuel en su historia titulada «Lograr un Sueño» recogida en el libro Nos Cambió la Vida, puesto a circular esta tarde por el movimiento Reconoci.do, en la Sala Aída Cartagena Portalatín, de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Son 19 testimonios recogidos en 109 páginas que ofrecen la más amplia visión de los resultados que ha dejado a su paso tanto dicha sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, como la resolución 12-07 de la Junta Central Electoral, que suspende y restringe el acceso a sus documentos civiles.
«Se trata de testimonios que no se circunscribe a una sola etapa de la vida de los jóvenes autores», expresó la dirigente del movimiento Reconoci.do Ana María Belique, quien dijo que le conmovió de manera particular la angustia que narró Nuel en el libro, cuando pensó que se iba a quedar sin sus padres cuando era niña, porque la Dirección de Migración se lo iba a llevar.
Belique precisó que adicionalmente a las vicisitudes que pasan los descendientes de hatianos en los bateyes por el estado de pobreza que viven, se le la situación de vulnerabilidad que padecen por no contar con sus documentos de nacionalidad, tras el cuestionamiento que le hizo a su estatus la sentencia 168.
Sostuvo que el objetivo de estas historias, en la que se muestran jóvenes que fueron una vez niños en estado de desesperación y que hoy se encuentran sin la posibilidad de estudiar, trabajar y lograr sus metas, es sensibilizar sobre cada uno de sus historias y como poder cambiarla, y entender cuál es la realidad de los dominicanos de ascendencia haitiana.
«Los autores también narran cómo han vivido episodios de discriminación de su identidad afro descendiente, cómo han experimentado acoso, bulling y desprecio por tner una identidad racial diferente, étnicamente subvalorado en una sociedad que se reclama cristiana», indicó.
Dejó mi vida pausada. «Esa sentencia me ha privado completamente de adquirir mis documentos, la cual tiene mi vida pausada completamente, porque no puedo continuar con mis sueños, estudiar mi carrera, ser una persona de bien», expresó Kendy Paulino al ser preguntado sobre cómo le ha afectado la sentencia.
Paulino, quien dijo que nació en una comunidad de Barahona, sostuvo que ha sido afectado desde su nacimiento, pero con la Ley 169-14 que establece un régimen especial para personas nacidas en el territorio nacional inscritas irregularmente en el Registro Civil dominicano y sobre naturalización, pudo lograr un carnet y una acta de nacimiento, «pero todavía se sigue esperando el plazo que está pausado por el Gobierno».
Mientras que Elena Larac explicó que fue en el 2009 al 2010 cuando fue afectada por la resolución 012 de la JCE, que establece el procedimiento para la suspensión de la expedición de actas, al acudir a buscar una acta de nacimiento para ir a la universidad.
«Ahí me encuentro con que la oficialía de Sabana Grande de Boyá no me podía entregar el Extracto porque, según ellos, por disposición de la Junta Central Electoral no le podían emitir actas a hijos de padres extranjeros y desde ese momento mi vida se paralizó», expresó Larac.
El libro contó con el apoyo para su publicación del Centro Bonó y tuvo como colaboración para ver la luz a Amarilis Estrella, Ana María Belique, Dana Muñiz, Elena Lorac y Matías Bosch.