Viejo imperio celebra boda de príncipe Guillermo y Kate Middleton

Viejo imperio celebra boda de príncipe Guillermo y Kate Middleton

NUEVA DELHI (AP) — Se reunieron en distantes puntos de lo que fue el imperio británico, un mundo de cuasi súbditos viendo la boda de su heredero de la corona.  

En Nueva Zelanda, celebraron a la madrina del padre de Kate Middleton (la neozelandesa Brenda McAdam le dijo a la radio nacional que ella y su difunto esposo se hicieron amigos del abuelo de Kate en los años cuarenta).

En Hong Kong, un conocido diseñador de vestidos de boda ofreció el comentario televisivo en chino cantonés.  

En India, una vez la joya del imperio, muchos se sentaron absortos ante millones de televisores. 

“Por supuesto que lo estoy viendo. Es el principal acontecimiento del siglo”, dijo Jasmine Bhomia, una estudiante de 18 años en Nueva Delhi, quien añadió que esta boda sería un día eclipsada por la del príncipe Enrique.  

En Australia, las tabernas capitalizaron el frenesí con fiestas que tuvieron desde concursos de vestidos a competencias de lanzamiento de ramos.  

En el AB Hotel, una taberna en Sydney decorada con banderas británicas y falsas coronas de oro, decenas de personas se congregaron para ver la boda por televisión.  

“Esos acontecimientos son para nosotras lo que los juegos de fútbol son para ustedes los hombres”, dijo Lana Leach, una mujer de 26 años procedente de Amsterdam, quien predijo que en unos cinco años Kate se iba a escapar con el príncipe Enrique.  

Inglaterra gobernó una vez una vasta sección del planeta, con millones de súbditos desde el Caribe y el este de África hasta el Extremo Oriente. Algunas ex colonias, como Australia, Canadá y Nueva Zelanda, retienen al monarca británico como jefe de estado simbólico, mientras que otros tienen lazos más ligeros.  

En Estados Unidos, fanáticos de la monarquía se levantaron a las cuatro de la mañana para enterarse de los últimos anuncios prenupciales, mientras que el Dalai Lama deseó a la pareja un matrimonio feliz desde Japón.  

Trabajadores de ayuda en Kabul, Afganistán, lucieron sus mejores ropas para una fiesta de bodas, y en Jordania, un amigo de la familia Middleton sacrificó a dos carneros para una fiesta.  

La cena planeada por Hanna Hashweh tuvo 100 invitados en su fama en las afueras de Amán.   “Estamos teniendo nuestra propia celebración, llenos de entusiasmo por este momento histórico”, dijo Hashweh, un agente de British Airways en Jordania que conoció a los Middleton cuando el padre de Kate trabajaba para la aerolínea.  

En algunas de las ex colonias, la alharaca hizo aflorar el espinoso asunto de si había que deshacerse de la monarquía.  

La primera ministra australiana Julia Gillard ha expresado reiteradamente sus esperanzas de que Australia rompa sus lazos monárquicos y se convierta en una república, llevando a muchos a preguntarse si asistiría a la boda.   “Yo recibió una invitación para asistir a la boda real, y pienso, a nombre del país, que es apropiado que esté allí”, dijo previamente en la semana, tras lo cual admitió que existían tanto opositores como partidarios de la monarquía en el país.  

En Nueva Zelanda, quienes favorecen una república se sumaron a la “mayoría ambivalente” a la que realmente no le interesa la boda, dijo Lewis Holden, de New Zealand Republic.  

“Uno no puede atacar a nadie por casarse, y obviamente nosotros le deseamos a Guillermo y Kate lo mejor. Nuestro único comentario es que la boda no debería tener nada que ver con nosotros, a 19.000 kilómetros de distancia”, dijo.

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