En término político, los miembros del Partido Revolucionario Dominicano-PRD- dieron un paso muy importante al escoger como candidato a la presidencia de la República al ingeniero Hipólito Mejía.

En una entrega anterior planteamos que dentro de esa organización es el hombre que tiene la fuerza de voluntad para luchar hasta más no poder por llevar al partido, una vez más, al poder.

Lo que deben hacer ahora los perredeístas es aunar esfuerzos, hermanarse, trabajar y aprovechar bien el momento que le presenta la realidad dominicana.

El Gobierno del doctor Leonel Fernández Reyna se encuentra en una condición muy desfavorable.

El Presidente se empeña por presentar en sus mensajes a la nación y en los informes económicos un panorama que el pueblo no asimila, pues choca con unas condiciones muy penosas y duras.

Lo que se aprecia es un gran desgaste de la gestión morada.

Definitivamente a Fernández hasta le conviene salir a buscar aire.

Sería muy cuesta arriba decidirse a tratar de imponer un nuevo mandato. Y más que algo así significaría tener que someter a la sociedad a un proceso traumático, ante el cual encontraría la resistencia de sectores de gran importancia.

 Dentro del Partido de la Liberación Dominicana-PLD-, nadie más, aparte de Fernández, cuenta con la simpatía necesaria capaz de contraponerse al pegue social de Llegó Papá.

Hay factores externos que contribuyen a agudizar la difícil situación nacional. Pero por más que trate de explicarlo, es imposible evitar que la gente se lo atribuya directamente al Gobierno.

Todos estos elementos, combinados con la gracia que, increíblemente, ha recuperado Hipólito Mejía en el sentir del pueblo, es claro que difícilmente se pueda impedir que el partido blanco tome las riendas del poder en el 2012.