El mundo cristiano continúa hoy su paso por la Semana Santa, en conmemoración a la muerte y resurrección de Jesús, quien tuvo que compadecer ante el Rey Pilato durante el Viernes Santo, el cual significaría el fin de su vida en la tierra.
La línea cronológica del relato bíblico de la Semana Santa, que comenzó el pasado Domingo de Ramos recordando la llegada de Jesús a Nazaret, marca al día jueves como la jornada de la Última Cena y el tiempo que pasó Jesús en el Huerto de los Olivos.
Según la tradición, el Viernes Santo fue condenado por el clamor popular de la turba que había sido influenciada por las elites de Jerusalén y -luego- fue crucificado por las autoridades romanas. Murió por la tarde y fue sepultado.
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Acontecimientos
La jornada del viernes de Semana Santa representa el momento más doloroso de la pasión de Jesús. Empieza con la detención ordenada por Poncio Pilato, sigue con el peregrinar de Cristo hasta el monte Calvario cargando la cruz bajo torturas y humillaciones, y culmina con la crucifixión, en horas de la tarde, hasta la posterior sepultura.
Los Evangelios enseñan que inmediatamente después de la decisión de Pilato, Jesús fue despojado de su vestimenta, golpeado y agredido con 40 latigazos. Luego se le colocó una corona de espinas en la cabeza y le hicieron cargar con su propia cruz hasta el monte Gólgota, a las afueras de Jerusalén, lugar donde fue crucificado junto a otros dos ladrones y bajo un cartel que decía: «Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos».
Según el Nuevo Testamento, Jesús expresó su dolor y pesar por los pecados de todos los hombres y, pese a la debilidad que queda en evidencia por su costado humano, acepta la misión con la creencia de que existe un paso a la vida eterna.
La biblia cuenta que, horas después, Jesús murió en la cruz, lo que generó que el cielo se oscureciera y que hubiera un terremoto en todo el mundo. Luego, José de Arimatea reclamó su cuerpo a Poncio Pilato, quien se lo entregó para realizar los rituales relaciones con la muerte y posteriormente, fue sepultado por sus discípulos.
Conmemoración
El Viernes Santo es para muchos el día más importante de la Semana Santa, ya que conmemora la pasión y muerte de Jesucristo en la cruz. Según enseñan los evangelios de Mateo, Marcos, Luchas y Juan, en este día Jesús entregó su cuerpo y derramó su sangre para el perdón de los pecados, lo que automáticamente serviría de una vez y por todas como la fuente de salvación y vida eterna para la humanidad.