Vietnam 30 años después

Vietnam 30 años después

UBI RIVAS
La República Comunista de Vietnam, una de las cuatro que aún quedan en la aldea planetaria con ese sistema totalitario de conducción política, festejó por todo lo alto el 30 de abril último, el treinta aniversario de su victoria total sobre el ejército fantoche apuntalado por Estados Unidos y también sobre la superpotencia unipolar.

Fue un hecho trascendente y sin antecedentes en que un país integrado por campesinos descalzos, malnutridos y analfabetos, hicieron morder el polvo de la derrota, por primera vez en su historia, a Estados Unidos, y están frescos en la memoria de todos los noticieros y filmaciones de cómo huían despavoridos hacia los portaaviones norteamericanos los fantoches survietnamitas liderados por Nguyen Kao Ki y todo el pesado aparatoso pertrecho del imperialismo yanquee de Saigón, hoy Ciudad Ho Chi Ming, ante el indetenible empuje del Vitectong.

Vietnamitas-comunistas, encerrados en un apócope denigrante, creyeron los norteamericanos, del Vietcong, fue suficiente para conseguir el propósito supremo del tío Ho, de unificar todo Vietnam en un solo país conducido por el comunismo, y ante lo cual no valieron los genocidas bombardeos de las superfortalezas B-29 y B-52, el napalm, prohibido por la Convención de Ginebra como elemento de guerra, los gases venenosos, Agente Naranja y desfoliantes que provocaron un daño terrible tanto a los humanos como a la ecología.

Vietnam es y será por siempre la referencia más alta de cuando un pueblo se unifica en torno a un ideal nacional cohesionado, como una sola persona, sin que se descartasen, como el caso que motiva esta entrega, los traidores indígenas que intentan siempre sabotear el ideal supremo, como en Vietnam, Argelia, Afganistán, Iraq, Palestina, y más atrás, el gobierno colaborador al II Reich de Vichy, en Francia, o Vidkung Quisling, en Noruega.

Entre 1964 y 1975, 2.5 millones de norteamericanos prestaron servicios diferentes en Vietnam, perdiendo la vida 58,700 solados y traumatizando con heridas físicas y mentales, éstas últimas las peores, porque no restañan nunca, a otros 340 mil, conforme un cable noticioso de EFE fechado en Washington el mismo día 30-05-05, publicado por HOY.

El daño dantesco de la aventura norteamericana de agresión y genocidio en Vietnam fueron más de tres millones de vietnamitas arrasados por la vorágine de una guerra que nunca debió implementarse y la defoliación de inmensas masas forestales vietnamitas, entonces casi vírgenes. Un daño terrible sobre el cual alguien debe y tiene que pagar algún día si es que no ha ido pagando ya.

Pero Vietnam no se amilanó nunca, ni durante ni mucho menos después de ser agredido sin justificación alguna, sin provocación alguna, sin infringir ningún principio del derecho internacional público, y comenzó, apenas el intruso invasor salió de mancillar su suelo patrio, a construir el futuro en el presente, y el presente para el futuro, reacondicionando su estrategia de guerra hacia la reconstrucción económica, y sin mirar hacia atrás, prefirió olvidar y reisentarse ante la realidad trepidante.

Esa realidad trepidante le señaló correcto a las autoridades vietnamitas la imperiosa necesidad de por ejemplo empezar a recomponer sus relaciones con el agresor en otros niveles, el económico, y el 30 aniversario de sus festejos los noticieros se hicieron eco de que en el jolgorio del desfile en Ciudad Ho Chi Ming, se detectaron carrozas de American Expresas, de DVD construidos en Vietnam con tecnología «made in USA», es decir, que la guerra quedaba atrás y que las urgencias económicas son las condiciones en el quehacer de los hombres como los pueblos.

Es el guiño que no ha sabido interpretar ni la ola donde debió trepar el comandante Fidel Castro para adecuarse a la semoviencia de los tiempos y no colapsar, como evidentemente se aprecia ocurre en Cuba, la isla fascinante, como intitulara el profesor Juan Bosch a una de sus estupendas obras.

Pero hay más, y es el anuncio desde Camberra, capital de Australia, que aportó apoyo a la aventura imperialista contra Vietnam, del primer ministro vietnamita Phan Van Khai, de que a fines del presente mes de mayo es invitado a la Oficina Oval de Washington, D.C. por el presidente George Bush Jr.

Otra señal más del acoplamiento correcto de las circunstancias que interpreta Vietnam y dos señales de Bush Jr. enfocadas tanto a Corea del Norte como a Cuba.

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