Vigoroso diálogo diplomático

Vigoroso diálogo diplomático

El embajador de Estados Unidos, Raúl Yzaguirre, recientemente debió escribir un artículo de periódico para resaltar qué fue lo que realmente dijo la secretaria de Estado Hillary Clinton en su visita al país:

“Creo que debemos comenzar con el reconocimiento de que la República Dominicana fue extraordinariamente generosa y atenta con los haitianos después del terrible terremoto. La República Dominicana, tanto a través del gobierno, a través de sus fuerzas armadas, a través de su sector privado, a través de ciudadanos individuales, fue uno de los primeros que respondió a la terrible tragedia que afectó a la población haitiana. Así que sabemos que en su momento más terrible de necesidad, Haití recibió la ayuda de un vecino con la que comparte esta hermosa isla”.

La secretaria también dijo: “Estoy muy consciente de que hay preocupaciones muy serias acerca de los derechos humanos de los haitianos, y en particular los que han estado aquí el tiempo suficiente para ser –para haber nacido aquí y haber vivido aquí”. ¡Casi chispotea!

Y Clinton expresó además: “Y no ponemos en duda que toda nación tiene un derecho, un derecho soberano, para establecer las leyes relativas a la seguridad fronteriza, respecto a su nacionalidad, pero también creemos que cada nación tiene la obligación de proteger los derechos humanos de los migrantes. Y por tanto, debe haber una resolución que reconozca esos derechos humanos y esperamos que podamos alentar al Gobierno de la República Dominicana para buscar formas de resolver estas cuestiones pendientes de la residencia y la ciudadanía. Sé que hay un debate sobre lo que sucedería a los migrantes que fueron despojados de sus derechos de residencia por naturalización. Yo sé que la Constitución haitiana parece sugerir que una vez que se nace haitiano, siempre se es haitiano, y siempre se tiene el derecho a ser considerado ciudadano de Haití”.

No sé si será coincidencia, pero hace pocas horas Aníbal de Castro, embajador dominicano en Estados Unidos, acompañado de varios cónsules dominicanos, visitó en el Departamento de Justicia  en Washington al subprocurador general para Asuntos Civiles, Thomas Pérez, para exponerle los atropellos a sus derechos padecidos por inmigrantes legales dominicanos en ese país y la violación de los derechos humanos de otros dominicanos residentes allá.

No sé si habrá sido coincidencia, pero el “timing” –como dicen los gringos- fue exquisito. ¡Así se ejerce soberanía y se gana respeto!

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