Villa Consuelo espera mercado

Villa Consuelo espera mercado

POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
Los comerciantes del mercado de Villa Consuelo tienen 14 años esperando que se cumplan las promesas que les han formulado cinco síndicos del Distrito Nacional y un ex-Presidente de la República.

Les prometieron sacarlos del lodo y la inmundicia, donde los dejó la administración municipal de 1993, cuando fueron llevados al lugar que ocupan.

Hace 14 años que también les ofrecieron una plaza agropecuaria, sin embargo, la construcción está paralizada.

El tiempo pasado en este “chiquero”, desde que fueron mudados del local matriz, es suficiente para sentirse engañados. 

El recuerdo más impresionante que tienen es del ex Presidente Hipólito Mejía, quien que les aseguró que haría la plaza en sus primeros cien días. Palabras, palabras, como dice la canción.

Ahora, con un gran cartel que le vende el slogan de este gobierno: E’Pa’lante Que Vamos” disipan las últimas esperanzas de que un político los saque de la pocilga en que se ha convertido ese mercado.

 Rafael Corporán de los Santos se estrenó en grande a costa de estos mercaderes, trasladándolos a la esquina de las calles Bartolomé Colón con Eusebio Manzueta.

 En varias ocasiones, el síndico Rafael Suberví Bonilla, su sucesor,  como estrategia electoral, les hizo creer  que tendrían un mercado en el área donde estaban, a una cuadra. El síndico Johnny Ventura (1998-2002) entró en el juego de sus antecesores.  Nada hizo. Roberto Salcedo ascendió al Ayuntamiento, en el año 2002, diciendo que haría el Mercado de Villa Consuelo en su primer año.

Terminó el cuatrienio con el cuento y para reelegirse prometió que la obra empezada la terminaría en tres meses. Ha pasado un año.

Del Presidente Leonel Fernández no se quejan porque nunca los ha visitado. Lo esperan ahora, para su reelección. Aquí no la diga: la palabra   “síndico” es una ofensa.

El mercado está techado con zinc, de lo  mismo que son muchas de sus paredes. La lluvia penetra con mucha facilidad y el huracán Dean, que tocó suelo dominicano la pasada semana, causó estragos en las quincallerías de Andrés Reyes y de Matías González. Son víctimas de los rateros, quienes en horas de la noche les roban los objetos.

 González ha vivido durante 55 años en los pasillos del mercado, de seis de la mañana hasta horas de  la noche. Experiencia de sobra tiene a sus 65 años. De  vicisitudes es un gran experto..

Malos servicios

La energía eléctrica es “intermitente” en el  mercado, pese a que los vendedores se agenciaron dos circuitos. El agua potable es escasa y no pasan de tres los negocios que tienen un teléfono del que se pueda avisar ante una situación de emergencia.

La seguridad es escasa. Solo un militar se observó en un recorrido efectuado ayer por las instalaciones del único establecimiento de abasto agropecuario en Villa Consuelo.

CAMINO RANCIO

Carnes, legumbres y víveres se expenden en viejas mesas, plantadas encima de corrientes de aguas residuales, de basura y un hedor nauseabundo, que solo se aplaca cuando el visitante termina acostumbrándose o soportándolo,

A simple vista se nota que este mercado tiene perfil de ventorrillo de baratillo. Todo aparece al precio similar que fijan los fabricantes y productores. Pero en la plaza casi todos los espacios están contaminados.

No hay  desagüe. Las cañerías se destruyeron y las aguas que salen de las carnicerías pasan por los negocios.

 El sanitario está en condiciones deplorables, y contribuye más a crear las condiciones para que cualquier visitante sienta deseos de no volver a visitar el mercado.

 Radhamés Segura paga una  tasa municipal de seis pesos diarios. La administradora del mercado, a quien solo conocen como Yesenia, y quien se desempeña en un cuartucho parecido al de los vendedores, rehusó dar declaraciones.  Alegó que a quien le corresponde hablar con reporteros es a la Dirección de Relaciones Públicas del Ayuntamiento o al director de los mercados, Dámaso Piña.

**

Negocios obstruyen aceras  del sector Villa Consuelo

POR LLENNIS JIMÉNEZ Y CARROLL MUESES
En Villa Consuelo algunos se  sienten dueños de un metro de la calle. Comerciantes de tiendas y buhoneros se apropiaron de las aceras de este populoso sector.

Empiezan con las aceras, y terminan estrechando las vías y los escasos parqueos.

Queda poco espacio para los vehículos, los que muchas veces se rozan  para cambiar de carril, esto hace que  conductores terminen en peleas.

Las aceras son galerías exhibidoras de ropa y de calzados de cientos de importadoras. Otras muestran útiles escolares, colchones, puertas, accesorios, carteras y artículos  para la decoración.  En estos miradores aparecen  maniquíes, tramerías metálicas y cajas de cartón. Vendedores de jugo, dueños de cocinas ambulantes se colocan en las aceras. Los tricicleros también usan las áreas comunes. Las calles que causan más problemas son las que circundan el mercado: Bartolomé Colón, Manuela Diez, Manuel Arturo Machado, Ana Valverde, Felipe Vicini Perdomo y  Hermanos Pinzón.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas