La informalidad de la venta callejera, sobre todo en el uso de los espacios públicos, específicamente en calles y aceras, tiene su máxima expresión en el céntrico sector de Villa Consuelo, donde no existe ninguna regulación por parte del Ayuntamiento del Distrito Nacional ni de ninguna institución del Gobierno central.
En esta zona de la Capital, ubicada entre las avenidas 27 de Febrero, Quinto Centenario y Duarte, muy poco espacio queda para el peatón y en algunas vías hasta para la circulación vehicular, ya que casi todo ha sido ocupado por el comercio formal, por el informal o una combinación de ambos.
La propia avenida Duarte, desde el liceo Juan Pablo Duarte hasta la 27 de Febrero, es ocupada por mercancías como colchones, camas, vitrinas de cristal, tapicería, que se conjugan con puestos de venta de frituras, jugos y otros productos, cocidos en anafes o estufas a gas licuado de petróleo, sin el más mínimo control sanitario.
Ya en el corazón del barrio, como en las calles 11, 13, Hermanos Pinzón y otras, los inodoros, puertas y ventanas usados, artículos de aluminio, madera de toda clase, verjas, tapas de todo tipo, exprimidores, se venden en plenas vías y aceras, por lo que nada importa el peatón, ¡Ay de aquel que proteste porque se le viole ese derecho!
En otras como la Baltazar Alvarez, Manuel A. Machado, Máximo Grullón, el fuerte de venta es la madera, tratada o en bruta, nueva o de segunda mano, aunque también se exhiben las vitrinas, tanto de madera como en cristal.
Por otra parte, las importadoras, también contribuyen con la violación de los espacios públicos, de ahí que se observen las aceras llenas de maniquíes exhibiendo prendas de vestir, así como de productos plásticos.
Asociación. No obstante, a pesar de la ocupación de calles y aceras, el comercio formal se ha adaptado a convivir en medio de esa situación, por lo que Mario R. Chabebe, presidente de la Asociación de Comerciantes de Villa Consuelo, lo considera un mal necesario.
Lo que no hay en Villa Consuelo, no lo busque en ninguna otra parte de la Capital o del país, expresa el dirigente comercial para justificar la masiva afluencia de clientes que diariamente visita esa zona.
Estima que para las autoridades municipales y nacionales prácticamente sería imposible controlar las violaciones de los espacios públicos, si no se va al lugar con propuestas concretas para miles de hombres y mujeres que se la buscan en ese entorno.
A pesar del crecimiento de la informalidad, Chabebe señala que han podido controlar la delincuencia y la insalubridad con medidas conjuntas con la Policía Nacional y el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN).
A la Policía Nacional le han donado 12 motocicletas para el patrullaje en la zona, con lo que mantiene casi a raya a los delincuentes que meses atrás mantenían en zozobra a los comerciantes y los clientes.
Mientras que para la higienización de la zona los comerciantes colaboran con el cabildo con dos camiones compactadores que recorren diariamente el área comercial del sector, con lo que disminuyen considerablemente la cantidad de basura.