Villa Francisca vive marginación

Villa Francisca vive marginación

POR GERMAN MARTE
Pese a estar ubicado a menos de tres kilómetros del Palacio Nacional, contar con las más populares arterias comerciales y ser uno de los sectores más productivos de la capital dominicana, Villa Francisca padece los mismos males que cualquier  barrio marginado.

En este populoso sector, uno de los primeros que se levantó más allá de los viejos muros que delimitaban la vieja Ciudad Colonial, hay de todo.

Y a la vez falta de todo: hasta el servicio de agua potable es precario, hay pocas escuelas y centros de salud, los apagones no dan tregua y la inseguridad es un tormento.

Mas uno de los problemas fundamentales es la falta de espacio. Villa Francisca carece de espacio hasta para dormir. De acuerdo con el último censo, en el sector residían unas 30 mil personas en menos de 3.5 kilómetros cuadrados. El hacinamiento es alto, la gente vive en verdaderos semilleros, con el agravante de que cada vez se reduce el área para las viviendas, para dar paso a la ampliación de los múltiples negocios allí instalados.

De acuerdo con el dirigente comunitario Mártires Sosa, el desarrollo comercial del barrio no ha redundado en beneficio para los residentes en el sector, pues a los dueños de las grandes tiendas que hay en las avenidas Duarte, Mella, 27 de Febrero y José Martí, no les interesa para nada el desarrollo de la zona, sólo el crecimiento de sus capitales.

“Hay semilleros, patios donde viven 15, 20, y hasta 25 personas,  las que realizan sus necesidades fisiológicas en un solo sanitario. Eso se da en Villa Francisca”, dijo Sosa, al participar en el programa “Adelante con la Comunidad” que se transmite los sábados por Radio Juventud Don Bosco.

El vocero de la Coordinadora Barrial para el Desarrollo de Villa Francisca subrayó, asimismo, que el emblemático parque Enriquillo permanece arrabalizado, pese a las promesas del síndico Roberto Salcedo y de sus antecesores Johnny Ventura, Suberví Bonilla y Rafael Corporán de los Santos.

Se habla incluso de construir un gran parqueo, con varios niveles (subterráneos), manifestó el dirigente barrial, pero señala que “si eso se está planificando, se está haciendo sin la participación de la comunidad”.

De hecho, añadió, nunca las autoridades del gobierno central o del Ayuntamiento han tomado en cuenta a los vecinos del sector para elaborar o desarrollar ningún tipo de proyecto, ni siquiera en torno al sonado Barrio Chino, que va desde la México hasta la avenida Mella, “eso es parte de Villa Francisca, sin embargo, a la comunidad no se le ha dado ni siquiera la más mínima explicación de cuál fue la negociación que se hizo, ni en qué va eso a perjudicar o beneficiar al barrio”.

Asimismo, agregó, el Ayuntamiento se encuentra remodelando la avenida Duarte desde la 27 de Febrero hasta la avenida México, para convertirla en una vía peatonal, y a pesar de los cambios que estos trabajos conllevarán para el sector, la comunidad tampoco ha sido informada de nada.

LAS DEMANDAS DEL BARRIO

En  estos momentos, según el vocero de la Coordinadora Barrial para el Desarrollo de Villa Francisca, las principales demandas del barrio son: mejor servicio energético, un centro de salud, pues no cuenta con ninguno, escuelas, oportunidades de empleos y mayor vigilancia policial.

“La única escuela que tenemos sólo imparte clases hasta el octavo curso, y cuando los jóvenes llegan al bachillerato tienen que trasladarse a otro sector porque no hay un liceo”, resalta Sosa.

Asimismo, indica que la delincuencia está cubriendo al barrio y no hay espacio para la recreación de adultos y jóvenes.

Todos estos males hacen que la gente pierda las esperanzas y algunos se vean inclinados a cometer delitos o participar en actividades no sanas.

Lamentablemente, muchos de los problemas no pasan de ser temas de agenda para dirigentes comunitarios, pues –afirman- el Estado carece de una política social dirigida a darle seguimiento a las necesidades de los barrios.

Al margen de ciertos operativos de limpieza que desarrolla el Ayuntamiento del Distrito Nacional y algunas labores que realiza el programa de Saneamiento Ambiental de los Barrios Marginados (SABAMAR) con el apoyo económico de la Unión Europea y la participación de las organizaciones del barrio, en Villa Francisca se ha hecho poca cosa en los últimos años para mejorar las condiciones de vida de sus moradores.

TRES PARADAS DE GUAGUAS CONTRA UNA ESCUELA

No se sabe cómo, ni cuando el sector  se convirtió en la más grande terminal de guaguas del país, tanto del transporte urbano como interurbano. No hay una región del país, que no tenga una terminal en sus alrededores.

De allí salen las guaguas que van hacia Higüey, La Romana, San Pedro de Macorís, Boca Chica, Santiago, Valverde Mao y San Juan de la Maguana. Ni hablar de las rutas que van hacia todas partes de la ciudad.

Esto ha convertido a Villa Francisca en un pandemónium, donde sólo queda el monóxido de carbono y la no menos terrible contaminación ambiental que genera el ruido de las máquinas y los “pitchers” de las guaguas voceando y jalando a los pasajeros.

El desorden impuesto por los transportistas no respeta ningún espacio. Frente a la misma escuela Uruguay hay tres paradas de guaguas “que no les permiten a los niños tener seguridad, ni concentrarse en sus clases”.

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