Villancicos en honor a Manuel Rueda

Villancicos en honor a Manuel Rueda

La música era el alma de su vida, pues sin importar la hora y el día su pensamiento lo dejaba sellado a través de las letras que luego transformaba en melodía. Precisamente, con esa expresión del arte, los discípulos y amigos de Manuel Rueda, considerado como la primera figura de su generación, debido a sus sobresalientes ejecuciones pianísticas y su inherente labor como director del Conservatorio Nacional de Música, lo recordaron durante un homenaje ofrecido por la Fundación Corripio.

Muy puntuales, minutos antes de las 6:30 p. m., ya habían llegado algunos de los amigos de este inmortal de las letras dominicanas. Todos se saludaban con mucho afecto, sentimiento que siempre le manifestaron a su maestro -amigo durante su transitar por esta tierra.

Aura Marina del Rosario, quien fue su alumna en la clase de pedagogía musical; Jacinto Gimbernard, director ejecutivo de la Fundación Corripio, quien tuvo el privilegio de colaborar con él en Isla Abierta y en la Fundación Corripio, y José Alcántara Almánzar, asesor cultural de la Fundación Corripio, fueron algunos de esos discípulos que con una mezcla de nostalgía y alegría se hicieron presentes en este emotivo encuentro.

Tras breves minutos de conversación, los invitados poco a poco fueron entrando al salón donde la soprano Ivonne Haza interpretó los villancicos que Manuel Rueda compuso, acompañada por Ramón Díaz en el piano.

Antes de dar inicio formal a la actividad, Jacinto Gimbernard dio las palabras de bienvenida relatando que el encuentro tuvo como finalidad rendir homenaje a Manuel Rueda, el artista más completo que ha dado el país, ya que el 20 de este mes se cumplen cuatro años de su muerte.

“Quisimos hacerlo de una forma muy especial, por eso decidimos hacer un recital con los villancicos que él escribió en vida. Él tenía un corazón de niño, y así lo demuestra en estos villancicos. Además para él la Navidad tenía un significado muy especial, y precisamente se nos fue en un tiempo correspondiente a esta época”, dijo con voz pausada.

Así mismo, José Alcántara Almánzar expresó que Manuel Rueda tenía por costumbre escribir un villancico cada año para que se cantara en la Catedral el día de Navidad. “Días antes de su muerte estaba tratando de escribir y de darle música al que fue el último villancico, pero no terminó de escribirlo”.

Seguidamente, Ramón Díaz puso sus manos en el piano y la soprano Ivonne Haza con su singular voz dio sonido a los villancicos “Alamicos”, canción estilo moderno; “Una canción para el camino”, canción al estilo moderno; “Ave María”, todos de Manuel Rueda; así como “Dormí, dormí o bel Bambin”, tradicional italiano; “Firsr Noel”, tradional inglés; “Cantique de Noël”, Adolph Adam; “Blanca Navidad”, Irving Berlin; “En el portal de Belén”, Ramón Díaz; “Celebremos”, Ramón Díaz; “Pesebre”, Luis Alberti; “Derecho al portal”, y “Mañana de Navidad”, de la autoría de Aura Marina del Rosario.

En el intermedio los invitados escucharon los villancicos “La noche de Belén”, “Camino al portal”, “El viejo y la Navidad”, “Navidad, luz del mundo”, “Villancico a la virgen”, “El niño perdido”, “Ha nacido el salvador”.

[b]PERFIL[/b]

Manuel Rueda, que nació en Montecristi el 27 de agosto de 1921, se convirtió en uno de los grandes artistas contemporáneos. Su trayectoria fue amplia, pues abarcó el teatro, la narrativa y la poesía. Esto le mereció muchos reconocimientos, tanto en el país como en el extranjero, siendo uno de ellos el Tirso de Molina, en Madrid, España, por su obra «Retablo de la pasión y muerte de Juana la Loca», en 1995.

En 1981 ingresó al periódico Hoy para dirigir la revista Isla Abierta. Tuvo un programa en la Voz Dominicana, donde tocaba el piano y explicaba el contenido de las obras que interpretaba.

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