Vilomar Fernández: gran boxeador criollo, pero chocó con una roca

Vilomar Fernández: gran boxeador criollo, pero chocó con una roca

POR CARLOS NINA GóMEZ
Bravo como un espartano, recio, siempre con una insesante ofensiva en todo el trayecto de cada combate, pegada promedio y estilo-técnico aceptable.

Las citadas cualidades corresponden a un estelar boxeador dominicano que brilló en los años 70 y parte de la década de los 80. Su nombre: Vilomar Fernández, oriundo del popular sector El Puñal de la próspera y acogedora provincia de Santiago de los Caballeros.

Este inquieto pugilista criollo trabajó por corto tiempo en los cuadriláteros nacionales…prácticamente toda su carrera (profesional) la desarrolló en Estados Unidos.

La ciudad de Nueva York, la que siempre abre sus puertas al atleta hispano, fue donde más combates realizó…y enfrentó a rivales de calidad, pero también a ineptos y mediocres.

Bueno, opinan expertos, como siempre ocurre en el boxeo…”no importa que usted sea un capacitado boxeador porque siempre va a tener enemigos que resultan presas fácil y que nunca causan ningún peligro”.

Esa realidad la vivió Vilomar Fernández, quien está retirado -desde hace unos diez años- de los ensogados…su hermano, José Fernández, fue igualmente un peleador de aceptable calidad. José Fernández fue muerto en Nueva York en un lamentable suceso callejero, según informes obtenidos por este redactor.

Quienes conocieron a Vilomar -y le vieron accionar- tienen un firme criterio sobre él: “Era tremendo boxeador, que sabía combatir sin importar el rival, dominaba los fundamentos del boxeo y nunca se le conoció ni una pizca de cobardía”.

SU HISTORIAL EN NY

La historia de Fernández en Nueva York, de acuerdo con reportes de veteranos comentaristas hispanos que desde hace más de 30 años residen en la “Babel de Hierro”, puede calificarse de buena.

Pero exponen que quizás tuvo momentos precarios en el ring y en ocasiones no se observaba en él la disciplina que debe tener todo atleta triunfador.

Tal vez, precisan, este último elemento resultó el más perjudicial para su carrera profesional en Estados Unidos.

No se tienen estadísticas oficiales en el expediente profesional de Vilomar, pero según la foja semioficial, terminó su carrera con más de 40 combates realizados con sólo siete fracasos…¡y peleó una vez por el título mundial del peso ligero!.

Siempre, dentro y fuera del gimnasio, estaba acompañado de su hermano (José) quien fue también un titán de las 16 cuerdas. No se conoce si Vilomar, cuando su hermano sufrió la trágica muerte, estuvo cerca de él o en su entorno.

Vilomar, José y Cresencio Fernández conformaban un trío de buenos pugilistas  dominicanos en Nueva York…pero Cresencio, aunque siempre se le vinculó -como familia- a Vilomar y José, no tienen parentesco. Eran simplemente buenos amigos, boxeadores y compatriotas.

PELEÓ CON UNA ROCA

Roberto -Mano de Piedra- Durán, conquistador del campeonato mundial del peso ligero el 26 de julio de 1972 al noquear en 13 rounds al escocés Ken Buchanam, reinaba práticamente solo, sin ningún peligro en el camino en la década de los 70.

Ray Lanking, uno de sus rivales más peligrosos, quiso darle “un susto” al carismático y súper estrella panameño, pero cayó triturado en un pleito titular realizado en 1975.

Dos años después, 29 de enero de 1977, en Ciudad Panamá- siendo Durán todavía un indisputado monarca mundial de las 135 libras, encontró a otro duro enemigo: El quisqueyano Vilomar Fernández.

Vilomar, como otros aspirantes criollos a la ganancia de cinturones mundiales, encontró la oprtunidad de ir a una pelea universal con el extraordinaio gladiador itsmeño.

Con excepción de los hermanos Edwin y Adolfo Viruet, a quienes nunca pudo despachar antes del límite, Mano de Piedra Durán acostumbraba a noquear a todos sus rivales.

El dominicano, en su enfrentamiento con Durán por el cetro ligero, versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB), no pudo ser la excepción de la regla…no pudo figurar en la lista de los no noqueables por los anestesiantes puños del sencional pugilista panameño.

La noche del 29 de enero de 1977, Vilomar,aunque dio la gran batalla -e incluso logró encajar buenos golpes al cuerpo del campeón y faltarle el respeto-, no pudo terminar de pie.

En el asalto número 13 -en aquellos tiempos las peleas por títulos mundiales eran realizadas a 15 capítulos- Vilomar fue noqueado…en ese round recibió una lluvia de puños que lo depositaron en el piso y Durán, nuevamente, defendía su cinturón sin mayores dificultades. El valiente pugilista cibaeño había chocado con una roca cuando cruzó guante con el duro Durán.

GRAN VICTORIA

En la carrera de Vilomar se resalta una dramática victoria, por decisión unánime en diez asaltos, pero sin título mundial en juego, sobre el nicaragüense Alexis Argüello.

Cuando se pactó aquel combate Argüello, conocido como “El Asesino con Guantes” por su explosiva pegada, ostentaba la corona mundial del peso ligero junior (130 libras).

Los manejadores del quisqueyano, tras éste salir airoso en su reyerta con el nica-campeón, hicieron ingentes esfuerzos para que se firmara una segunda pelea, pero que fuera por la faja mundial.

El triunfo de Vilomar sobre Argüello constituyó una de las grandes sorpresas de esa época porque, recuerdan especialistas, no fue sólo una simple victoria, sino que el dominicano ofreció una exhibición de buen boxeo…Argüello nunca encontró el blanco del criollo.

Sin embargo, en el expediete profesional de Vilomar Fernández, sólo queda aquel positivo recuerdo: Una contundente victoria sobre Argüello, uno de los grandes del boxeo hispano.

En la actualidad, de acuerdo con informes de familiares, Vilomar Fernández sigue residiendo en Estados Unidos y lleva una vida ordenada.

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