MANILA, Filipinas. El ataque frustrado esta semana en una isla turística del centro de Filipinas era una misión de secuestro y ataque con bombas organizada por al menos tres grupos extremistas afiliados al grupo Estado Islámico, según dijeron el sábado funcionarios de seguridad.
La operación habría sido una de las más audaces de los grupos armados en el país. El ejército filipino dijo en un primer momento que fuerzas del gobierno, respaldadas por ataques aéreos, habían detectado y desbaratado con éxito una trama de secuestro trazada por milicianos de Abu Sayyaf en la provincia insular de Bohol, un popular destino turístico lejos de las bases selváticas de los milicianos. Tres soldados, un policía, dos aldeanos y al menos cuatro milicianos, incluido el portavoz y comandante de Abu Sayyaf Moammar Askali, murieron en la operación del martes.
El asedio se prolongó todo un día en una localidad interior cerca de la ciudad de Inabanga. Un contingente que combinaba militares y policías impidió “importantes actividades terroristas” de los milicianos, que pretendían distraer al ejército de la intensa ofensiva contra los campamentos selváticos de los milicianos en la provincia sureña de Sulu y las islas circundantes, explicó el general de brigada Restituto Padilla, portavoz del ejército.
“Las personas que murieron en la zona, algunas de las cuales han sido identificadas como conocidos terroristas, siguen siendo objeto de una investigación continuada para certificar su participación”, dijo Padilla, añadiendo que el resultado de la pesquisa se publicaría en un futuro próximo.