Vino tinto, un nuevo aliado frente al cáncer de pulmón

Vino tinto, un nuevo aliado frente al cáncer de pulmón

El efecto protector del vino frente a las enfermedades cardiovasculares ha sido ampliamente confirmado durante las últimas décadas. El vino, especialmente el tinto, aumenta el colesterol bueno (HDL), que según los expertos, combate las enfermedades cardiovasculares. Un consumo moderado (hasta tres copas al día) puede evitar los padecimientos coronarios, sobre todo en hombres mayores y de edad media, incluso si han sufrido un ataque cardiaco.

Ahora, un estudio amplía estos potenciales beneficios al campo de la oncología, según la investigación realizada por Eva Prescott y Morten Groenbaek, del Instituto de Prevención de Enfermedades de Copenhague, en Dinamarca.

[b]¡Ojo! con moderación[/b]

Según el doctor Francisco Chavarría, director general de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer, “el vino tinto contiene una sustancia, el resveratrol, que posiblemente tenga un efecto preventivo en el desarrollo de cáncer en el aparato digestivo. Sin embargo, hay que ser muy cautelosos al afirmar que dos vasos de vino producen un determinado efecto preventivo.

Pero, ¿qué será lo que tiene el vino? El vino y en particular el tinto ejerce una acción antioxidante a causa de lo polifenoles que contiene. Entre los componentes fenólicos del vino se agrupan multitud de sustancias y algunas de ellas, los fenoles flavonoides, son los que poseen esa acción antioxidante.

De todos ellos, los más favorables o beneficiosos son los antocianos, presentes en las uvas, y los flavonoles, que aparecen tanto en los tintos como en los blancos.

[b]Sí toma una copa, mire el reloj[/b]

Según el doctor John D. Palmer, de la Universidad de Massachusetts, el tiempo que el alcohol permanece en la sangre varía a lo largo del día. Y cuanto más esté en la sangre, mayor tiempo tiene de actuar en las células cerebrales. Entre las dos de la madrugada y el mediodía transcurren las horas más peligrosas, mientras que, la tarde y el comienzo de la noche lo son menos.

Al consumirse en las comidas, dificulta la absorción de las grasas, lo que no ocurre con las bebidas alcohólicas destiladas, que se suelen beber después.

Incluso para bebedores moderados, es recomendable evitar el alcohol una o dos veces por semana, para dejar que el cuerpo se desintoxique por sí solo.

Las mujeres metabolizan el alcohol más lentamente que los hombres debido a que su hígado es más pequeño y a que poseen más grasa.

El alcohol se absorbe fácilmente si se toma con el estómago vacío y más lentamente si éste está lleno, sobre todo de materiales grasos.

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