POR GERMAN MARTE
De acuerdo con el Comité Para la Defensa de los Derechos Barriales (Copadeba), derechos ciudadanos básicos tales como educación, salud, alimentación, vivienda, recreación, libertad de expresión, participación, acceso a la información, al libre tránsito, a la movilización por mejores servicios, entre otros, son violados cotidianamente en los barrios de Santo Domingo, especialmente los marginados.

Esto ocurre, a pesar de que el país es signatario de la Convención Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra cada diez de diciembre.

Precisamente, al celebrarse ayer el XVII aniversario de la «Proclamación de los Derechos Barriales», Calatina Pirón, coordinador de Copadeba, resaltó que la situación de crítica situación que viven los barrios afecta principalmente a los más jóvenes.

En la zona norte de Santo Domingo, donde reside más de medio millón de personas, los jóvenes tienen pocas oportunidades para encontrar un trabajo digno, sufren las consecuencias del alto costo de la vida y la carencia de servicios básicos.

En general, quienes viven en el barrio tienen menos oportunidades que los residentes en otros sectores para asistir a los liceos y universidades o a los centros de capacitación laboral, lo que dificulta su inserción en el mercado laboral.

Otro aspecto que afecta seriamente a los residentes en los barrios es la delincuencia y la violencia «por la falta de justicia social» que impera en estos sectores, y opaca los valores de estas comunidades, donde hay una gran cantidad de jóvenes esforzados por aportar al desarrollo del país.

A una larga lista de carencias se suma la falta de espacios para el sano esparcimiento. Faltan áreas verdes que faciliten el desarrollo de actividades recreativas que les permita a los moradores de los barrios sentirse cómodos en su hábitat.

La contaminación ambiental, en sus distintas manifestaciones, dificulta que la gente se sienta tranquila aún en su propia casa, de modo que ni aquí se sienten sujetas de derechos.

La propuesta del gobierno de una nueva reforma fiscal inquieta a la gente de los barrios, que por sabe por experiencia que después de cada reforma la vida se encarece.

«El gobierno somete una nueva reforma fiscal que deteriora más la calidad de vida de nuestra gente; el Metro y la reforma constitucional son los temas de interés para el presidente Leonel Fernández», expresa Pirón, como un lamento.

Pero las adversidades no quiebran su decisión, y las de muchos otros líderes barriales, de luchar por hacer posible el derecho que tenemos los jóvenes a disfrutar de las posibilidades que nos ofrecen la ciudad y el barrio.

«El futuro de nuestros barrios está en nuestras manos, no desaprovecharemos ni una sola ocasión para demandar nuestros derechos», subrayó Pirón.

En sus más de 20 años luchando por los derechos barriales, Copadeba se ha empeñado en predicar con el ejemplo, y ayer lo reafirmó graduando al primer grupo de 150 niños y jóvenes entre ocho y veinte años de edad, que recibieron clases de danza, teatro y pintura. Los jóvenes artistas hicieron una presentación, donde orgullosos mostraron sus conocimientos.

«Los barrios donde trabajamos, La Ciénaga, Los Guandules, Espaillat, Gualey, Simón Bolívar, carecen de espacios de entretenimiento y recreación, pero sobre todo de desarrollo de la cultura», manifestó Digna Féliz, encargada de coordinar los cursos que se imparten con el apoyo de la Secretaría de Cultura.

Féliz destacó que la Secretaría de Cultura y Copadeba trabajan en la capacitación de decenas de jóvenes en estas áreas y próximamente darán inicio a otro módulo que incluirá percusión, música y pintura.

Para Copadeba, dice la maestra, es de máxima significación que jóvenes, niños y niñas estén desarrollando y potenciando sus valores y creatividad cultural, «están extrayendo toda su imaginación y creatividad», y esto les obliga tanto a prestarle atención, de modo que estos jóvenes se mantenga interesados en la cultura y se alejen de los vicios.

Además de estos cursos de danza, teatro, música y pintura, Copadeba organiza una serie de cursos para las madres de modo que se capaciten para insertarse en el mercado labora.

Estos cursos, subraya Féliz, son la mejor manera de contribuir a reducir la delincuencia y la violencia en los barrios, una buena forma de decir con hechos.