Violan secreto elección de Papa

Violan secreto elección de Papa

CIUDAD DEL VATICANO (AFP).- La violación del secreto del Cónclave tras la divulgación esta semana en Italia del diario de un cardenal, con numerosos detalles sorprendentes sobre la elección del Pontífice, revela que la Iglesia desea más transparencia para escoger a su líder.

   «Todo lo que cuenta el diario resulta coherente con lo que me han comentado al menos siete u ocho cardenales que entrevisté sobre lo que ocurrió en la Capilla Sixtina el pasado 18 y 19 de abril», comentó a la AFP el conocido vaticanista John Allen, autor del libro El Cónclave, que acaba de salir publicado en español e inglés.

   La publicación por la prestigiosa revista de análisis Limes del diario secreto de uno de los participantes en el Cónclave, al que tuvo acceso el vaticanista Lucio Brunelli, conocido por su seriedad profesional, rompe definitivamente con el mito del secreto en el Cónclave.

   Desde el siglo XVIII la práctica del voto secreto ha caído en desuso en todo el mundo porque presentaba más inconvenientes que ventajas y el único voto que hasta ahora permanecía en secreto era el del Colegio Cardenalicio que elige al sucesor de Pedro.

   Su condición de líder espiritual y terrenal explica las duras condiciones impuestas a los 115 cardenales que participaron, quienes fueron recluidos y aislados, durante la elección del 265º sucesor al trono de Pedro.

   «Siempre se han sabido cosas sobre lo que ocurre en el Cónclave, pero retazos. ¡Esta es la primera vez que se conoce un diario, con comentarios y anotaciones de color de un purpurado!», comentó Antonio Pelayo, religioso y periodista de la televisión española.

   «Es un señal de los nuevos tiempos, un mensaje de transparencia y una forma indirecta de decirle al mundo que el cardenal Joseph Ratzinger fue elegido Papa en forma no plebiscitaria, con sólo siete votos más de los necesarios. Y que muchos hubieran querido como pontífice al argentino Jorge Mario Bergoglio», agregó Pelayo.

   La ruptura del compromiso de mantener «absoluto y perpetuo secreto» sobre lo que ocurrió en la Capilla Sixtina puede ser en parte explicado por las modificaciones introducidas en 1996 por el fallecido Juan Pablo II en su nueva Constitución «Universi Dominici Gregis».

   Con el nuevo sistema se enterró definitivamente la forma de elección vigente desde el II Concilio de Lyon en 1274 y se abolió la elección por aclamación, inspiración o compromiso y se promulgó la elección sólo por escrutinio.

   La elección, que la doctrina atribuye a la intervención directa del Espíritu Santo, quedó transformada y su violación no conlleva ya la excomunión, como en el pasado, sino que es considerada como una falta «grave».

   «Aún las notas tomadas durante la elección deben ser entregadas y quemadas. Nada pueden decir los cardenales sobre la elección sin el permiso explícito del nuevo Papa», sostienen las disposiciones.

   Las revelaciones de Limes, sobre las cuales el Vaticano no ha querido pronunciarse, han dado pie a numerosas interpretaciones y ponen en cuestión el papel del cardenal italiano Carlo Maria Martini, representante del ala más progresista, y considerado un punto de referencia y un «papable» por la prensa.

   Las preferencias por Martini fueron menos que las barajadas en la primera votación, comenta Limes, quien define la candidatura de Bergoglio como la verdadera sorpresa del Cónclave desde la primera votación.

   «Lo observé mientras se dirigía a depositar su voto en la urna, sobre el altar de la Capilla Sixtina. Tenía la mirada fija en la imagen del Jesús que juzga las ánimas al final de todos los tiempos. El rostro adolorido, como si implorara: Dios mío, no me hagas ésto», escribió el anónimo purpurado.

    El diario no autorizado confirma lo que otra fuente había ya adelantado, el obispo Bernard Fellay, superior del movimiento ultraconsevador y cismático fundado por monseñor Marcel Lefebvre, quien contó que Bergoglio al no sentirse listo para ocupar el trono de Pedro decidió «retirarse».

   Con gestos, moviendo los índices de las manos y haciendo señales negativas para que que no lo eligieran, señalando que votaran por Ratzinger, Bergoglio desistió en convertirse en el primer pontífice latinoamericano.

   «El diario revela también que existe una fragmentación y una división entre los cardenales más reformistas, los cuales no sabían por quién votar», comentó Marco Politi, vaticanista de La Repubblica.

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