Las muertes violentas aumentaron durante los meses de abril y mayo en la provincia Santo Domingo. El fiscal Perfecto Acosta dijo que las causas principales fueron riñas, luchas entre bandas barriales e intercambios de disparos. Sugirió acciones conjuntas en las que participen todos los sectores y que giren alrededor de la familia.
TANIA HIDALGO
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El fiscal de la provincia Santo Domingo, Perfecto Acosta, declaró ayer que las muertes violentas en esa jurisdicción se incrementaron durante los meses abril- mayo de este año, registrándose alrededor de 150 casos.
El representante del Ministerio Público explicó que las principales circunstancias en que ocurrieron esas muertes fueron provocadas por riñas, enfrentamientos entre bandas barriales, así como en los denominados intercambios de disparos.
Atribuyó esa situación a que en esos meses hubo varios días feriados, lo que provoca, a su vez, un incremento en la ingesta de bebidas alcohólicas. No obstante, precisó que los hechos de violencia se van presentando de manera cíclica, es decir que en algunos meses se registra un aumento, pero en otros disminuyen.
Citó -a modo- de ejemplo que de acuerdo a los casos registrados hasta el momento en el mes de junio, la tendencia es que habrá una reducción.
En ese sentido, dijo que es necesario la implementación de medidas preventivas como son mayor presencia policial y la ampliación del programa Barrio Seguro.
Favoreció, además, la instalación de talleres y escuelas de formación técnico profesional para que la juventud tenga en qué ocupar su tiempo y aprenda un oficio que le permita ganarse el dinero para subsistir.
Perfecto Acosta entiende que la familia como eje central de la sociedad debe jugar su rol y tomar un papel activo en la formación de los hijos. La falta de respeto y la irresponsabilidad de los padres también conlleva a que la sociedad esté en esta situación, indicó.
Las claves
Integración
Perfecto Acosta sostiene que para reducir los niveles de violencia en el país es necesario que se tomen acciones conjuntas que incluyan la participación de las autoridades, las iglesias, la sociedad civil y todos los sectores de la sociedad que, de una manera u otra, se ven afectados por esta problemática. El fiscal abogó por la elaboración de un plan que promueva una cultura de paz, cuyo eje central sea la familia, como principal núcleo de la sociedad.