La descomposición intrafamiliar es un viejo como permanente episodio social que se manifiesta en todos los países del mundo y aún más en las naciones donde la falta de educación va pareja con las limitaciones económicas.
Nosotros, incluso, hasta tenemos la ley de Protección Familiar, indicadora de los deberes y derechos de cada miembro de la sociedad que se aloja bajo un mismo techo. La Ley 24-97 también es llamada “ley de la mujer” por haber sido concebida para auxiliar o proteger al llamado sexo débil, brutalmente maltratado por el machismo prepotente y vulgar.
“No se meta en pleito de marido y mujer” es una expresión recurrente de gente que se aleja de la responsabilidad de evitar diferencias tan funestas como la que ha provocado la muerte de centenares de mujeres.
En los últimos meses han aumentado las estadísticas de los asesinatos de mujeres por distintas circunstancias y, a saber, se levantan los celos como principal motivo de esas tragedias.
De todas maneras, somos nosotros, profesionales, políticos, empresarios, iglesias y, en fin, todos los sectores que conforman a esta especial colectividad, los que debemos procurar mecanismos que fortalezcan la mejor aplicación de la ley.
Siampre debemos hablar de la educación para evitar perder la paciencia por un “trasero” y dañar a la sociedad con crímenes que, las más de las veces, dejan en la orfandad a criaturas inocentes.
Entonces, amigos, si la muerte de la señora Paulino Severino ha servido para despertar a la sociedad y llamar la atención de las autoridades, quizás valga la pena expresar que la citada tragedia pudiera servir para evitar casos parecidos.
Una querella en la Policía Nacional siempre deberá ser debida y formalmente atendida y para los casos de protección a la mujer sería aún mejor que todos los cuarteles policiales cuenten con personal especial para esos fines.
En todo caso, me identifico con el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, al recomendar que las mujeres deben separarse de los maridos que les parezcan en capacidad de dejar huérfanos a sus hijos.