Una roja y sombría estela de muerte viene recubriendo el cuerpo social de la República Dominicana en este peculiar momento de la transición gubernamental. Los diarios se hacen eco de la ola de asesinatos acaecidos en el país en las últimas semanas. La provincia de San Pedro de Macorís, por poner un ejemplo, registra una media de un crimen fatal por día.

Leamos lo que al respecto resalta el matutino El Caribe en una de sus últimas ediciones: «Siete muertes violentas en una semana en San Pedro de Macorís. Además del asesinato de un ejecutivo estadounidense de la compañía eléctrica Cogentrix, la violencia doméstica y la delincuencia cobraron la vida de al menos otras seis personas en San Pedro de Macorís sólo durante esta semana. Cuando aún no se cumplían 24 horas desde que el gerente de la planta de Congentrix, Craig Roger Hiserote, fuera asesinado, una mujer identificada como Zeneyda Rosario Mejía, de 40 años, murió apuñalada por desconocidos en su casa. La mujer murió de dos puñaladas y según las versiones de la policía, el móvil de homicidio pudo ser un robo, ya que la casa se encontraba en desorden, con la televisión y otros enseres tirados en el suelo. El cuerpo de Mejía fue hallado en el interior de su casa, mientras una de sus dos hijas, de un año y ocho meses, aún la acariciaba y debió haber estado presente durante el asesinato… Además, el dirigente peledeísta y abogado Federico Nina y su chofer, Pedro Pacheco, murieron baleados por dos desconocidos que se transportaban en una motocicleta el miércoles pasado».

De su parte, el vespertino El nacional despliega otro hecho de sangre acaecido en el poblado de Guerra, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad capital, cuyo titular dice: «Matan teniente EN y asaltan sargento FAD». Al pie del encabezado se lee:»Un segundo teniente del Ejército fue muerto a balazos anoche en El Toro, de Guerra, por dos hombres que viajan en motocicleta, y un sargento mayor de la Fuerza Aérea fue herido de bala en la clavícula izquierda por otros cinco hombres que intentaron asaltarlo en la avenida Padre Castellanos. El oficial muerto es el segundo teniente Juan Carlos Guerrero Caminero, del Ejército, quien fue atracado por dos hombres que penetraron en dos motocicletas a una finca de su propiedad, ubicada en el kilómetro 22 de la carretera Mella, en el lugar conocido como El Toro, de Guerra».

Por otro lado, el Listín Diario, lanza en primera plana esta noticia: «Subero estima violencia alcanza nivel alarmante». La información continúa de esta forma: «El presidente de la Suprema Corte de Justicia calificó de alarmante el problema de la violencia y los asesinatos que han estremecido al país en los últimos días, motivo por el cual pidió a la Policía poner más énfasis en buscar métodos de prevención de la violencia y tratar de establecer cuáles son las causas que la han generado. El máximo representante del sistema judicial explicó que la preocupación se hace palpable en los hechos de sangre que han vestido de luto a San Pedro de Macorís, con los asesinatos del abogado y dirigente peledeísta Federico Nina Ceara, su chofer Pedro Pacheco, y el ejecutivo de la firma eléctrica Cogentrix Graige Roger Hisesote, de origen estadounidense.» En otro reportaje relacionado con el tema, ese mismo periódico apunta lo siguiente: «De acuerdo con las cifras recogidas en los archivos policiales, desde principio de enero hasta el día de ayer 42 personas cayeron víctima de muertes violenta, incluyendo asesinatos por «ajuste de cuenta», violencia doméstica, narcotráfico, robos, accidentes y otras modalidades».

El ciudadano ordinario y corriente se siente altamente preocupado con situación de deterioro creciente por la que transita la nación dominicana por lo que no puede permanecer de brazos cruzados sin siquiera opinar frente al galopante descalabro de la seguridad hogareña y comunitaria. Observando la indiferencia pasmosa e indolente mostrada por el gobierno pepehachista de Hipólito Mejía quien parece ajeno al sobresalto, el dolor, la pena y la angustia que sufre el pueblo, uno ingenuamente se pregunta: )se habrá generado un vacío de poder estatal a raíz de los resultados electorales de mayo 16 de 2004? )Acaso se producen adrede las tandas diarias de prolongados apagones, así como el descontrol de los precios de todos los artículos de consumo masivo, conjuntamente con esta ola de crímenes espeluznantes ocurridos últimamente? Alguien desde las alturas palaciegas y bajo los efectos de la resaca de mayo pudiera estar murmurando la insólita consigna del despecho que reza: «Después de mí, que venga el diluvio».

Cada dominicano debe elevar una plegaria al Altísimo para que nos ayude a llegar con vida al 16 de agosto de 2004. Con profunda e inquebrantable fe esperamos que el nuevo gobierno peledeísta que encabezará el Dr. Leonel Fernández Reyna, ponga fin de una vez y para siempre, a este horrible cuatrienio 2000 2004 de desgobierno, el cual en sus postreros zarpazos amenaza con lanzarnos a todos de cabeza por el precipicio de la desesperación, la inseguridad y la violencia colectiva.