BELO HORIZONTE, Brasil, AFP. Saqueos, incendios y choques con la policía marcaron el final de una masiva marcha hoy hacia el estadio de Belo Horizonte donde se disputaba la semifinal Brasil-Uruguay (2-1) por la Copa Confederaciones, mientras aumentan las medidas para combatir la corrupción a pedido de los manifestantes.
Los manifestantes, que reivindican penas más duras para los políticos corruptos -entre muchas otras cosas- obtuvieron dos nuevas victorias: el Senado aprobó un proyecto de ley para endurecer las penas contra la corrupción y la Corte Suprema dictó prisión inmediata por primera vez para un legislador en funciones condenado por desvío de fondos públicos.
En Brasilia, la presidenta Dilma Rousseff recibió a los principales sindicatos, que mantienen un «día de lucha» para el 11 de julio, buscando sumarse a las manifestaciones que agitan al país desde hace dos semanas.
Unos 40.000 manifestantes marcharon pacíficamente hasta el estadio Mineirao de Belo Horizonte, pero un pequeño grupo intentó derribar las barreras metálicas en uno de los accesos y fue dispersado por la policía con gases lacrimógenos, dijo a la AFP una portavoz policial.
También «destruyeron dos concesionarias de automóviles y prendieron fuego», añadió la portavoz. Un total de 24 personas fue detenida por agresión o por llevar «material de depredación: máscaras antigases, palos, piedras y cuchillos».
Más temprano, manifestantes bloquearon cinco rutas e incendiaron un autobús en la periferia de Belo Horizonte, que con 5,5 millones de habitantes es la tercera metrópoli de Brasil.
La policía desbloqueó luego las carreteras. Las protestas comenzaron con reclamos por el aumento del precio del transporte y la mala calidad del servicio, en un contexto de inflación elevada y bajo crecimiento económico.
Luego sumaron reivindicaciones por servicios públicos de mejor calidad, combate a políticos corruptos y contra los millonarios gastos estatales para la Copa Confederaciones y el Mundial 2014 en vez de en salud, educación y transporte.