Violencia en Siria la víspera de una reunión internacional en París

Violencia en Siria la víspera de una reunión internacional en París

DAMASCO. AFP. El conflicto armado en Siria no mostraba hoy ningún signo de respiro la víspera de una reunión internacional en París -boicoteada por Moscú, aliado de Damasco-, que debería tratar la eventual partida del presidente sirio Bashar al Assad.  

En este contexto Moscú confirmó que se le solicitó que ofreciera asilo político al presidente Assad, propuesta que calificó de «broma».  

China, siguiendo los pasos de Rusia, anunció que no asistiría al encuentro de los Amigos del Pueblo Sirio, al que concurrirán más de un centenar de países árabes y occidentales, así como organizaciones internacionales y representantes de la oposición siria.  

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, partió el jueves hacia París.  

Para intentar poner fin nuevamente a casi 16 meses de violencia, la reunión de París va a reafirmar su «condena a la represión» y anunciará «cosas concretas» para presionar al régimen, apoyar a la población y a la oposición, según una fuente diplomática.  

Los combates entre soldados y rebeldes, así como el bombardeo de los focos de insurgencia continuaban sin descanso este jueves.  

Al día siguiente de una nueva jornada sangrienta que dejó casi 100 muertos, en su mayoría civiles, el balance de la violencia se elevó el jueves a 54 muertos en todo el país, de los cuales 36 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).  

En tanto, el flujo de refugiados no amaina en los países vecinos. Entre 4.000 y 5.000 sirios llegaron esta semana a Jordania, anunció el jueves la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).  

El miércoles un 15º general sirio y varios oficiales que habían desertado ingresaron en Turquía. Según los expertos estas nuevas deserciones minan la moral del ejército.  

«Asistimos a la multiplicación de las deserciones, no puedo prever cuántas serán mañana o pasado. Lo que esperamos es que este movimiento continúe», declaró el portavoz del departamento de Estado estadounidense, Patrick Ventrell.  

En una entrevista publicada el jueves por el periódico turco Cumhuriyet, Asad dijo que tenía «el respaldo del pueblo» sirio y aseguró que los manifestantes fueron «pagados» por las fuerzas extranjeras para desestabilizar a Siria.  

Desde el comienzo de la revuelta en marzo de 2011 el régimen no reconoce la amplitud del movimiento, que asimila a «terrorismo».  

«Si no tuviese el respaldo del pueblo habría sido derrocado como el Sha de Irán (Reza) Pahlevi. Todo el mundo pensaba que tendría el mismo resultado, se equivocaron», agregó Assad. 

No a observadores armados. Frente al recrudecimiento de la violencia, el jefe de los observadores de la ONU en Siria, el general Robert Mood, criticó a la comunidad internacional que sólo se junta a hablar en «hoteles de lujo» sin remediar al conflicto.  

El general, que se vio obligado a suspender a mediados de junio las operaciones de las 300 personas que estaban bajo sus órdenes por la violencia, dijo este jueves que se opone a la idea de armarlos, estimando que ello modificaría radicalmente las relaciones con la población.  

El 30 de junio en Ginebra las grandes potencias, entre ellas Rusia, así como Turquía y los países árabes, habían hallado un acuerdo sobre los principios de una transición en Siria para luego divergir sobre su interpretación.  

Washington estimó que abría la vía para la era «post Asad», mientras que Moscú y Pekín reafirmaron que correspondía a los sirios determinar su futuro.  

El jueves el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, otro aliado de Damasco, estimó que los sirios debían poder «decidir libremente su destino».  

El jefe de la diplomacia iraquí, Hoshyar Zebari, cuyo país se declaró neutral con respecto al régimen, descartó la idea de una salida a la crisis calcando el modelo yemení, en donde el jefe de Estado cedió el lugar a su vicepresidente a cambio de inmunidad, estimando que Asad no está muy a favor de dejar el poder.  

A estas divisiones, persistentes desde el comienzo de la revuelta, se agregan las divergencias de la oposición, cuya reunión del lunes y martes en El Cairo terminó en un ambiente tenso.  

En otro aspecto, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, llamó a las autoridades sirias a evitar cualquier escalada con Turquía, luego del incidente con el avión de combate turco derribado por las fuerzas sirias.  

En tanto, el sitio WikiLeaks sorprendió el jueves al anunciar la publicación progresiva de más de dos millones de correos electrónicos de personalidades políticas y responsables oficiales sirios, para el periodo que abarca agosto de 2006 a marzo de 2012.  

«El material es embarazoso para Siria pero también es embarazoso para los opositores externos de Siria», declaró el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, sin más precisiones.  

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