Violencia, es desafío próximo presidente

Violencia, es desafío próximo presidente

Luisa González, candidata presidencial del partido Revolución Ciudadana, izquierda, y al presidente de Ecuador, Daniel Noboa. AP

QUITO.- AP

El mandatario ecuatoriano Daniel Noboa y la izquierdista Luisa González se medirán el domingo en el balotaje presidencial en el que los ecuatorianos decidirán quién guiará al país los próximos cuatro años.

Noboa, del movimiento Acción Democrática Nacional de centroderecha y González, que va por el partido Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa (2007-2017) fueron los más votados en una apretada primera ronda de febrero en la que el mandatario obtuvo 44,17% de los votos y la abogada 44%.

Quien resulte electo el domingo tendrá como principal desafío la lucha contra la creciente violencia criminal, que se expresa a diario a través de sicariatos, secuestros y extorsiones.

Según la policía, en enero y febrero se cometieron 1,529 asesinatos, el bimestre más violento en 15 años cuando Ecuador comenzó a llevar estos registros.

Aunque en polos ideológicos opuestos, ambos candidatos proponen una política de mano dura, mejor coordinación y equipamiento de las fuerzas del orden y buscar asistencia internacional para enfrentar al crimen organizado.

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“Cuando toca salir a la calle, salgo con lo mínimo para que en caso de asalto la pérdida no sea mayor”, dijo a The Associated Press el ama de casa Soledad Padilla. “No sé qué pueda hacer el nuevo presidente, pero es necesario que haga algo porque no podemos seguir así”.

El analista y experto en seguridad Mario Pazmiño explicó que a pesar del estado de conflicto armado interno declarado en enero de 2024 por Noboa —que permite la acción conjunta de la policía y el ejército en el control del orden público—, el Estado “no tiene un control sobre todo el territorio y eso lo aprovecha el crimen organizado”. Hasta ahora, agregó, el gobierno se ha concentrado en hacer operativos en zonas calientes que luego abandonan y vuelven a quedar en manos de bandas delictivas. “Es hora de cambiar de estrategia”, aseguró. Es clave que se “imponga una presencia fuerte y efectiva de la fuerza pública en las fronteras con Colombia y Perú”.

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