Un estudio del Observatorio Político Dominicano (OPD) revela que los casos de violencia de género y de feminicidios disminuyeron durante los primeros 40 días de distanciamiento social en República Dominicana ante la pandemia del coronavirus.
El análisis del OPD, adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), señala que el caso del país llama la atención porque ocupa el quinto lugar con mayor tasa de feminicidios de la región, aunque aclara que no necesariamente hay una reducción de casos, sino, en las denuncias.
El informe, apoyado en cifras del Ministerio de la Mujer, cita que desde el 17 de marzo se recibieron 20 llamadas por día, sumando 619 hasta el 12 de abril. De estas, 360 correspondían a mujeres denunciando violencia física (243), psicológica (106) y verbal (11).
“Esto representa, en promedio, una disminución de 11.1 llamadas diarias, en comparación con ese mismo período para el año 2019. De igual forma, en 25 días (17 de marzo al 12 de abril), la entidad dio protección en las casas de acogida a 19 víctimas y sus 35 hijos menores de edad”, manifiesta la autora, Flor Batista Polo.
Agrega que durante los primeros 40 días de aislamiento se registraron 988 denuncias, de estas 590 eran mujeres por violencia física (69 %), psicológica (27.6 %) y verbal (3.4 %), es decir, 14 llamadas por día de este tipo de delitos.
Respecto a las denuncias ante las unidades de la Procuraduría, destaca que en 14 días (19 de marzo al 1 de abril) se registraron 813, de las cuales, 206 obtuvieron órdenes de protección (25.3 %), 185 de arresto (22.8 %) y 98 medidas de coerción (12.1 %). Mientras, en marzo de 2019 se notificaron 5,542 denuncias, sin embargo, según la OPD, no es correcto realizar este tipo de comparaciones pues las cifras para el período de 2019 corresponden a casos registrados durante solo ese mes.
Propuestas. Batista considera que esta emergencia sanitaria se vuelve compleja para las féminas que sufren de violencia de género, pues como normalmente son las encargadas de las labores de cuidado y el trabajo no remunerado, la carga resulta más pesada para ellas.
“Estas responsabilidades más el hecho de estar confinadas con un agresor o potencial agresor y la incertidumbre de a dónde ir y qué hacer pueden convertirse en mecanismos de disuasión.
Empero, esto incrementa el nivel de riesgo de ser víctimas de la violencia feminicida”, lamenta Batista.
Recomienda acciones durante y después de la crisis como ubicar refugios para las mujeres que tengan y quieran dejar el lugar de convivencia con el agresor, una campaña de prevención contra la violencia de género, incentivar una rápida y eficaz actuación judicial y policial, un protocolo que le permita a las mujeres agredidas o en riesgo solicitar ayuda en farmacias y supermercados e incluir a la ministra de Mujer o a algún especialista en el tema en emergencia en la Comisión de Alto Nivel para la Prevención y Control del Coronavirus.
Señala que en el país se implementaron medidas sin incluir la perspectiva de género y las posibles problemáticas que surgirían o se profundizarían con esto, considerando que, en promedio, anualmente se registran 75,530 denuncias, tras preguntar “¿qué pasará si llega un pico en la violencia de género en el país y solo se cuenta con tres casas de acogida con capacidad para unas 110 mujeres y sus hijos menores de 14 años?”.