Violencia impide trabajo de grupos humanitarios Haití

Violencia impide trabajo de grupos humanitarios Haití

A street vendor pushes his wheelbarrow past burning barricades set up by protesters in reaction to rising fuel prices, in Port-au-Prince, Haiti, Friday, Dec. 10, 2021. (AP Photo/Odelyn Joseph)

Algunas organizaciones han confirmado que han sacado a personal del país y se habían visto obligados a recortar temporalmente las operaciones de ayuda

Un aumento en la violencia ha profundizado el hambre y la pobreza en Haití al tiempo que obstaculiza a las mismas organizaciones de ayuda que luchan contra esos problemas en un país cuyo gobierno lucha por brindar servicios básicos. Pocos trabajadores humanitarios están dispuestos a hablar abiertamente sobre los recortes, luego del secuestro en octubre de 17 personas de Christian Aid Ministries, una organización religiosa de ayuda con sede en Ohio, 12 de los cuales permanecen como rehenes.

Pero varios confirmaron, sin dar detalles, que han sacado a personal del país y se habían visto obligados a recortar temporalmente las operaciones de ayuda. Los secuestros y tiroteos relacionados con pandillas han impedido que los grupos de ayuda visiten partes de la capital Puerto Príncipe y más allá, donde antes distribuían alimentos, agua y otros bienes básicos.

Una grave escasez de combustible también ha impedido que las agencias operen a plena capacidad. “Simplemente está empeorando en todos los sentidos posibles”, expresó Margarett Lubin, directora en Haití de CORE, una organización estadounidense sin fines de lucro. “La situación se deteriora día tras día, afectando la vida en todos los niveles”, declaró Lubin, quien agregó que las organizaciones de ayuda han entrado en “modo de supervivencia”.

Pocos lugares en el mundo dependen tanto de los grupos de ayuda como Haití, una nación frecuentemente llamada “la república de las ONG”. Se han invertido miles de millones de dólares en ayuda a través de cientos de grupos de ayuda, incluso cuando el gobierno se ha vuelto cada vez más débil y menos efectivo. Poco después del asesinato del presidente el 7 de julio, el primer ministro Ariel Henry asumió el liderazgo.

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