Los niños y adolescentes víctimas de violencia intrafamiliar son más vulnerables a manipulación y están expuestos a caer en drogadicción, pandillerismo y trastornos mentales como depresión, que pueden llevarlos al suicidio. Esto aunque la agresión no sea ejercida de forma directa sobre ellos, por tanto, a más casos de violencia, mayor índice de esas patologías.

El siquiatra infanto-juvenil José Roedán Santana explica que la violencia ejercida en el hogar afecta el crecimiento y desarrollo personal y crea entes violentos, inseguros e insatisfechos emocionales, porque las relaciones familiares determinan el carácter humano.

Indica que en esto inciden también factores como la herencia o el medio socio-cultural. “Por tanto una familia, el medio ambiente o la escuela que fomenten conductas violentas generarán niños y adolescentes con tendencia a la violencia”.“En relación con la depresión y el suicidio está claro que factores como la violencia pueden desencadenar o detonar esos cuadros, por lo que la violencia en el seno familiar nunca podrá ser justificada”, expresa.

Roedán sostiene que en cuanto a la detección de violencia familiar y su repercusión en la niñez, hasta hace poco ese problema no era de dominio público, sino silenciado y que los niños que lo vivían padecían sus secuelas sin la posibilidad de recibir ningún tipo de atención.

Afirma que el tema tampoco preocupaba a los servicios de salud, asistencia social, ámbito legal y escolar, hasta que hace dos décadas este problema social empezó a cobrar visibilidad gracias a la toma de conciencia en favor de su erradicación y del bienestar de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Aclara que los menores están en riesgo no solo en los hogares, también en las escuelas, las calles, orfelinatos y en cualquier otro lugar y que esto incluye abusos físicos, sexuales, y sicológicos, abandono y trato negligente, incesto, infanticidio, explotación sexual y comercial y el matrimonio de niñas.

“Además el maltrato durante el noviazgo, las relaciones sexuales impuestas por causas económicas, los abortos debidos a malos tratos y la trata de mujeres y menores de edad”, denuncia Roedán, que recuerda que la familia constituye el ambiente social.

Por esto plantea la necesidad de que los niños reciban la orientación de poder denunciar ante maestros u otros adultos la violencia intrafamiliar para que servicios de trabajo social puedan intervenir a las familias en crisis, ya que de la relación entre sus integrantes dependerá la adecuada socialización.

Basa su teoría en que en el interior de la casa es donde se generan las acciones positivas o negativas que determinan el buen o mal funcionamiento de un menor y donde se forjan las expectativas de su adecuado desarrollo como individuo.

Sobre la agresión contra las féminas, el especialista sustenta que la violación de los derechos fundamentales de la mujer empieza desde niña y en muchos casos antes de nacer.