Violencia jóvenes franceses se extiende
como reguero de pólvora a otras ciudades

Violencia jóvenes franceses se extiende <BR>como reguero de pólvora a otras ciudades

PARIS, Nov 5 (AFP) – La violencia callejera surgida hace nueve días en la periferia de París se propaga como reguero de pólvora por los barrios más desheredados de las grandes ciudades francesas, saldándose en la madrugada del sábado con 900 vehículos incendiados y 253 detenciones.

   Este es el peor balance en nueve noches de disturbios, que se originaron en la periferia de París, a raíz de la muerte por electrocución de dos adolescentes cuando se creían perseguidos por la policía.

   Como las noches anteriores, las instituciones públicas (escuelas, alcaldías, comisarías, camiones de bomberos) e intereses privados (comercios, almacenes, bancos) fueron blanco del vandalismo.

   Los participantes en los disturbios han evitado en las dos últimas noches los enfrentamientos directos con las fuerzas del orden.

   Pero el saldo de daños se ha agravado: de los casi 900 vehículos incendiados en la madrugada del sábado, 656 lo fueron en la periferia parisina y el resto en provincias, donde el fenómeno, aparecido la víspera, aumenta.

   En la madrugada del viernes, el saldo se elevó a 519 vehículos incendiados en la región parisina y 77 en provincias.

   Versalles, Burdeos, Estrasburgo, Toulouse, Rennes, Pau o Lille son algunas de las ciudades que han sido escenario de la violencia callejera en la última madrugada.

   Más de 100 vehículos fueron quemados en Versalles, cerca de París, 17 en Estrasburgo (este) y 10 en Burdeos (suroeste), 11 en Pau (sur) y 9 en Toulouse (sur). En Lille, en el norte, más de 60 vehículos y dos autobuses fueron incendiados.

   Para el fiscal general de París, Yves Bot, en declaraciones a la radio Europe 1, esta ola de protestas es «violencia organizada».

   «¿Por quién?», es la pregunta del millón. «Si pudiera dar una respuesta precisa, las personas ya estarían detrás de los barrotes. Pero se ve una forma de actuar organizada. Responde a una estrategia (…) que incluye una verdadera táctica móvil», dijo Bot.

   «Esto lo hacen unidades móviles de jóvenes -o menos jóvenes ya que están encapuchados – que llegan en motos, lanzan un cóctel Molotov contra un vehículo y se van. Es muy difícil detenerles», precisó.

   «Es un movimiento que se dirige esencialmente contra las instituciones de la República», agregó, «aunque no es un movimiento que adopte un cariz comunitarista. Objetivamente, es lo único que se puede decir», precisó.

   La violencia se registra en los barrios pobres del país donde jóvenes franceses de origen extranjero sobre todo del Magreb y de Africa, y en particular de confesión musulmana, se sienten excluidos de la sociedad francesa.

   Los obispos franceses manifestaron este sábado su «viva preocupación» por esta violencia y juzgaron que «la represión y la incitación al miedo colectivo no son una respuesta a la altura de estas tensiones dramáticas de nuestra sociedad».

   «Es vital abrir a estas nuevas generaciones, a menudo sin esperanza, un futuro de libertad, de dignidad y de respeto del otro», dijeron en una declaración.

   «Debemos interrogarnos sobre lo que engendra tales espirales de violencia» en las grandes ciudades, asegura monseñor Jean Pierre Ricard, para quien hay que tener en cuenta factores como «la urbanización reciente, las dificultades del empleo para jóvenes, la inestabilidad en la vida familiar».

    En la madrugada del sábado, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, realizó una visita sorpresa a la dirección departamental de la seguridad pública de Yvelines en Viroflay, cerca de Versalles (oeste de París).

   Un responsable sindical de la policía francesa, Bruno Beschizza, denunció una «nueva forma de terrorismo urbano» de una «minoría de capos con interés financiero o ideológico» en dichos barrios.

   «Islamistas radicales» han «entrenado y manipulado a los jóvenes» al inicio de la violencia surgida en Clichy-sous-Bois, en la periferia noreste de París.

   Esta es la peor crisis que ha registrado el primer ministro Dominique de Villepin, desde que asumió sus funciones en junio.

   Partidario del diálogo y de la firmeza, de Villepin quiere poner en marcha un plan de acción para los barrios periféricos.

   Francia cuenta con 750 zonas urbanas sensibles, un eufemismo para definir zonas de fuerte presencia de inmigración de extracción baja y fuerte desempleo.

   El viernes, de Villepin recibió a 16 jóvenes de «todos los horizontes» procedentes de estos barrios sensibles.

   Muchos de los jóvenes reclaman la dimisión de Sarkozy, que había prometido, antes de que estallara la violencia, «limpiar con agua a presión» los barrios periféricos de delincuentes, a los que calificó de «escoria».

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