Violencia, marginalidad y falta de empleo afectan a sectores pobres

Violencia, marginalidad y falta de empleo afectan a sectores pobres

La labor pastoral de sacerdotes cuyas parroquias están situadas en barrios marginados va más allá de la evangelización, pues tienen que extender sus plegarias hacia la solución de conflictos propios de la violencia que afecta a esos sectores, o llevar su solidaridad hacia personas afectadas por enfermedades o que viven en pobreza extrema.

Los testimonios de cinco religiosos, que participaron en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, revelan que la tuberculosis sigue afectando a los más pobres,  que los embarazos en adolescentes son un grave problema social, y que el desempleo es insoportable en provincias como San Cristóbal.

Gregorio Santana, de la parroquia de Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte, informó que a consecuencia de las precariedades económicas que afectan a las familias del barrio La Mina, del referido sector, muchas personas padecen de enfermedades como la tuberculosis.

A juicio del sacerdote, esos  casos aparecen  en la medida en que aumenta la pobreza, “hay tuberculosis porque en La Mina hay mucha hambre, hay hacinamiento e, inclusive,  hogares que ni siquiera tienen letrinas”, expresó el sacerdote al destacar que el Ministerio de Salud Pública hace esfuerzos por controlar el brote,  “aunque todavía es un poco tímido”.

Abraham Apolinario, párroco de la iglesia Santo Cura de Ars, situada en Capotillo, en el Distrito Nacional, afirmó que en esa zona también han aumentado los casos de tuberculosis.

Sin embargo, destacó que el gran esfuerzo de la parroquia se centra en las adolescentes embarazadas, en ayudarlas a enfrentar el reto que tienen por delante, pero sobre todo, en tratar de que puedan espaciar un segundo embarazo.

“Las acompañamos en ese difícil proceso porque se trata de niñas que tendrán que atender niños, y eso es difícil”, dijo.

Juan de Jesús Jiménez, de la iglesia Santo Domingo Savio, situada en Los Guandules, Distrito Nacional, dijo que ese sector está azotado por la violencia, al extremo de que con frecuencia tiene que interceder en conflictos para evitar hechos fatales, o para mediar en la justicia.

Desempleo en SC.  El sacerdote Miguel Ángel Ciaurriz, de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, de San Cristóbal, expresó que, contrario a lo que la gente piensa, el principal problema de ese municipio es el desempleo, y no la violencia.

Aunque destacó que la falta de oportunidades de trabajo desencadena una serie de situaciones que se pueden traducir en violencia o formas de criminalidad.

De acuerdo con datos aportados por la Cámara de Comercio de San Cristóbal, dijo Ciaurriz, solo el 3% de la población activa tiene un empleo en el sector formal.

Por eso, explicó “la mayoría tiene que salir a la Zona Industrial de Haina o  a Santo Domingo”.

“Pero lo peor es la cadena de situaciones que esta situación genera, mucha droga, violencia, es toda una espiral de problemas y por eso queremos llamar la atención sobre eso”, dijo Ciaurriz.

A veces, por lo que sale en la prensa, la gente piensa que el principal problema de San Cristóbal es la violencia, y lo es, pero eso es consecuencia de la falta de empleo, expresó el sacerdote en  el encuentro.

Embarazo en adolescentes

Los sacerdotes hicieron énfasis en los embarazos en adolescentes, vinculándolo a los programas que llevan a cabo para asistir a las jóvenes madres en materia de salud sexual y reproductiva.

En tal sentido, Apolinario destacó los aportes de la Pastoral Materno-Infantil, que abarca también la ayuda a las adultas que son madres solteras.

“Una muchacha de 14 años es una niña embarazada. Es muy fácil decirle no debiste embarazarte, pero ya hay un niño al que hay que ofrecerle opción de vida.

“A veces las familias las echan, el barrio las califica, pero nosotros les ofrecemos un espacio donde pueden recibir consejos, las acompañamos a las citas al médico, en fin, no las desamparamos en estas redes de cooperación”.

Eso ha permitido, dijo, que haya habido un alto índice de nacimiento entre las jóvenes que forman parte del programa.

El tema se volvió un tanto conflictivo cuando se le planteó a los sacerdotes la pertinencia de la prevención mediante el uso de anticonceptivos.

Como era de esperarse la  respuesta fue negativa, pero bajo el argumento de que la solución a la problemática no está en la simple entrega de preservativos o pastillas anticonceptivas, sino en la aplicación de un programa de educación sexual de carácter integral.

Jit Manuel Castillo, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, de Villa Duarte, Santo Domingo Este, explicó que las causas de los embarazos en adolescentes son multifactoriales.  “Hay que tomar en cuenta cómo se maneja la sexualidad en los medios de comunicación, la formación en el hogar y las escuelas, la figura de los padres ausentes, son muchas cosas que influyen en esa problemática”, refirió.

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