Francisco Álvarez Castellanos
Todos los días la prensa nacional informa sobre tal cantidad de asesinatos, que refuerza mi criterio de que nuestras calles no son seguras.

En la edición del pasado día 19 de febrero, de este diario, en su pagina 11-A, tiene dos títulos que confirman ese criterio. Hélos aquí:

“La Violencia sigue en crecimiento.

Mueren siete en diversos hechos;

Cuatro a manos de la P. N.”

Y el segundo:

“Arrestan haitiano por cinco asesinatos”.

O sea, siete por un lado y cinco por otro. Estos son los casos conocidos y están todos en la misma página.

Y el día anterior, otro diario informaba de un asalto a cuatro empleados, la muerte de un hombre que se lanzó de un noveno piso, el apresamiento de 78 personas por narcotráfico, el uso de una casa de tipo victoriano en Santiago por haitianos ilegales y el decomiso de armas y drogas en Barahona.

Estas son apenas unas cuartas de las malas noticias de las que tenemos conocimiento.

Y otra cosa. ¿Hay una justicia verdadera en este país? Al respecto tengo mis serias dudas.

Por ejemplo, un individuo fue condenado a tres años de prisión nada menos que por la Suprema Corte de Justicia.

Pero entonces entró en acción el llamado “juez de la ejecución de la pena” quien, parece que olvidando de qué tribunal provino la sentencia, procedió a ¡ordenar la libertad del acusado, como si tal cosa!

O sea, que un tribunal de inferior jerarquía le enmienda la plana al más alto tribunal del país. El individuo estaba acusado de soborno y cohecho. Por cierto, el acusado había sido juez. Su apresamiento se produjo luego de haber aceptado un soborno de US$2,500.00.

En este deprimente caso un ex juez, condenado a prisión fue puesto en libertad por un juez quien, sin pensar en su futuro, puso en libertad a alguien que, por soborno y cohecho, había sido condenado a tres años de prisión.

A la Suprema Corte de Justicia no la salva ni el mítico “médico chino”.