Violencia no cesa en Irak, 89 muertos

Violencia no cesa en Irak, 89 muertos

BAGDAD (AP).- Los insurgentes que lanzaron varios ataques coordinados el jueves en Irak mataron a 89 personas, tres de ellas soldados estadounidenses, e hirieron a 318, dijeron las autoridades.

La mayoría de las muertes ocurrieron en Mosul, donde fueron muertas 45 personas y más de 220 resultaron heridas en los ataques, que incluyeron el uso de vehículos cargados con explosivos. Hubo además enfrentamientos en Bakuba, Ramadi, Bagdad y otras áreas.

La red terrorista de Abu Musab al-Zarqawi se atribuyó la responsabilidad de los ataques.

Los seguidores de Al-Zarqawi formularon el reclamo en una página de la internet utilizada con frecuencia por sus movimientos Tawhid y Yihad. La nota dijo que las «fuerzas de ocupación y los apóstatas» _ en referencia a la policía iraquí _ «quedaron anonadados con el shock y la confusión».

[b]OTAN no enviará soldados[/b]

El secretario general de la OTAN preparaba el jueves una respuesta a la solicitud de asistencia técnica del gobernante interino de Irak, Iyad Alaui, y dijo que la alianza militar «nunca deberá cerrar la puerta a este primer ministro».

En una carta enviada esta semana a la OTAN, Alaui pidió asistencia a la alianza para tareas de entrenamiento militar y cuestiones técnicas.

No pidió empero el envío de soldados, un paso que algunos miembros de la OTAN no están dispuestos a tomar.

El secretario general de la alianza, Jaap de Hoop Scheffer, que deberá consultar la cuestión con los embajadores de la OTAN, no reveló qué tipo de «asistencia técnica» deberá proporcionarse a Irak, pero dijo a la prensa que «la OTAN nunca deberá cerrar la puerta a este primer ministro».

[b]Ofrecerá detalles[/b]

El movimiento prometió dar pronto una «declaración detallada sobre las batallas en curso, Dios mediante».

Las autoridades estadounidenses advirtieron que los seguidores de al-Zarqawi, responsable por la decapitación del industrial estadounidense Nicholas Berg y el surcoreano Kim Sun-il, aumentarían sus ataques para interrumpir la transferencia de poder a un gobierno iraquí soberano, fijada para el 30 de junio.

El primer ministro interino Iyad Alaui dijo que los últimos ataques tuvieron como fin «abortar el proceso democrático», aunque afirmó que la situación está controlada.

«No fueron operaciones militares y fueron solamente disturbios realizados por cobardes», comentó Alaui en referencia a los ataques.

El presidente interino Ghazi al-Yawer apeló a los iraquíes para que denuncien cualquier actividad sospechosa, y dijo que se trata de un «deber moral», dijo el jueves por la noche la cadena de televisión Al-Iraqiya, financiada por Estados Unidos.

La cuantía de los ataques, en su mayor parte contra los servicios de seguridad iraquíes, ilustra la intensidad de la insurgencia en Irak y podría ser el comienzo de una nueva ofensiva para sabotear la transferencia del poder el 30 de junio a un gobierno interino de transición.

En Bagdad, el Ministerio de Salud iraquí dijo que murieron 66 personas y que 268 resultaron heridas en los ataques. Sin embargo, la cifra no incluye las bajas estadounidenses, con 11 heridos. La mayor parte de las muertes ocurrieron en Mosul, especialmente debido a la detonación de varios vehículos cargados de explosivos.

El gobernador de Mosul impuso un toque de queda desde las nueve de la noche a las 6 de la mañana y el canal de televisión de la ciudad pidió a la población que permanezca en sus casas «por el bien general».

En Mosul murió además un soldado estadounidense, dijeron las autoridades norteamericanas. Un helicóptero Cobra de la infantería de marina efectuó un aterrizaje de emergencia cerca de Faluya, al oeste de Bagdad, pero sin que sufrieran bajas sus ocupantes, dijo el mando militar.

La lucha más intensa ocurrió en Bakuba, a 60 kilómetros al noroeste de Bagdad, donde murieron dos soldados estadounidenses y siete resultaron heridos, dijo la Primera División de la infantería norteamericana.

Un avión estadounidenses arrojó tres bombas de 225 kilos contra posiciones insurgentes cerca del estadio de fútbol de Bakuba, indicó el mayor general Neal E. O’Brien, vocero de la Primera División de infantería.

Los insurgentes recorrieron la ciudad armados de lanzagranadas y armas automáticas, ocuparon dos comisarías de policía y destruyeron la casa del jefe de policía de la provincia de Dilaya.

Los atacantes atacaron además comisarías en Ramadi, Mahaweel, y Mosul, donde varios coches bomba dañaron la academia de policía, dos comisarías y el hospital al-Jumhuri. Casi todas las muertes ocurrieron al parecer en Mosul, donde el personal sanitario dijo que hubo decenas de muertos, uno de ellos un soldado estadounidense.

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