Vionelys Joaquín y el papel de buena conducta

Vionelys Joaquín y el papel de buena conducta

Vionelys  Joaquín es una joven aspirante a policía, y he agotado varias jornadas por conseguir un certificado de buena conducta o no objeción delictiva que exige la Procuraduría General de la República, previa solicitud de inscribirse como aspirante a policía, guardia o centro universitario.

Idéntico a personas con ocupaciones y obligaciones diarias, Vionelys tiene las suyas, y se frustra en sus intentos de obtener el documento indispensable para su propósito, incluyendo que quizás algún día, con los cambios que promueve el presidente Danilo Medina en los institutos armados y policiales, Vionelys llegue a ser jefa de la Policía.

La “caída del sistema” es uno de los argumentos necios y mortificantes que agobian a los que procuran un certificado de buena conducta, conforme insertó El Caribe en la nota de prensa del 30 de julio último, reseñando el vía crucis de Vioenelys Joaquín y Arturo Mármol.

El PLD en el poder por cuatro períodos y “hasta el 2036” conforme el vaticinio del ex presidente Leonel Fernández, simplificó obtener licencias de conducir, cédulas de identidad, renovación de pasaportes, bastante de desaduanizar, y ahora tiene que hacerlo con el papel de buena conducta, expidiéndolo en el Banco de Reservas donde se acude a pagar los impuestos RD$670, sin alegar que “no hay sistema”.

El sistema tiene que estar apto siempre para el ciudadano, impedir mortificarlo, “coger lucha”, viajes en vano, filas torturantes en la canícula callejera, sino sentarlos cómodos en las sucursales de Banreservas y despacharlos  rápido, sin “truquearlos”, sin chicanas ni vagabunderías.

El Procurador General de la República, doctor Francisco Domínguez Brito, tiene la ocasión de ofrecer un servicio eficiente a la ciudadanía, que por demás, la ciudadanía espera de él, con una simpleza como es dinamizar un servicio público esencial, y es poquísimo el imperativo que con una orden suya se supera.

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