‘Tronco e’ Ñame’ es sensación en las redes sociales

‘Tronco e’ Ñame’ es sensación en las redes sociales

El ñame es el tubérculo “consentido” en la gastronomía de la costa Atlántica. En las cocinas de la región protagoniza envueltos, carimañolas, bollos y fritos. Dicen los que saben que acompañado de suero es manjar de dioses.

Además, por su raigambre popular es sencillo de cultivar: huertas caseras, incluso jardines, tienen sus cultivos caseros de ñame. En un periodo de meses, se cosechan y directo a la mesa.

Lo que Pedro Quintero, el ‘Pello’, como le dicen en el municipio de Polonuevo (Atlántico), en Colombia, nunca pensó fue que ese ñame sembrado en el patio de su casa, terminaría como protagonista de noticias: el tubérculo, un monstruo de tres de cabezas y 64 kilos, de a duras penas pudo cargarlo para las imágenes que son sensación en Colombia.

Afirma el ‘Pello’ que cuenta con ofertas para venderlo, pero que todavía no sabe si considerar las ofertas o conservarlo para su usufructo: A lo mejor, estará haciendo cálculos de cuántas carimañolas se comerá en los años siguientes.

No obstante su aspecto, el ñame del ‘Pello’ no es el único de estos tubérculos que mojó prensa en años recientes.

El Heraldo reportó uno que pesó 82 kilos y 500 gramos (unas 165 libras), flamante ganador del Festival del Ñame de San Cayetano en el año 2013.

Su dueño, tricampeón por mérito, fue el campesino Justo Manuel Carmona González, del pueblo de los Montes de María, perteneciente al municipio de San Juan Nepomuceno.

Como campeón, Carmona afirmó al diario barranquillero que su secreto para cultivar este tipo de ñames nacía del amor y la dedicación con la que sembraba.

Cabe señalar que sus cultivos no contaban con ayudas químicas, por lo que ambos elementos, dedicación y amor, eran los responsables de su crecimiento.

De raigambre africana y sin una infraestructura industrial que lo respalde, el país ocupa el primer puesto en rendimiento por hectárea con 28.3 toneladas por hectárea sembrada, en su mayoría en la Costa Atlántica.

Pese a su raigambre popular, su comercio es estacional por lo que cuenta con periodos en los que es difícil de conseguir en el mercado; por lo que los meses de junio a agosto son meses de escasez, mientras que de noviembre a febrero son periodos de abundancia en la cosecha.

De acuerdo con reportes, el ñame de ‘Pello’ estuvo sembrado por tres años en su patio.