Para poder proyectar el alcance de esta devoción marinera por la Virgen del Amparo, debemos remontarnos a los orígenes y evoluciones tanto de los aspectos religiosos como el de la marinería, de manera de comprender esta relación en su justa medida, en que la fortaleza innata del coraje, del sacrificio y de la honorabilidad requeridas por nuestra clase marinera que en todos los tiempos han estado fundamentalmente motivadas, soportadas e influidas, por una inquebrantable fe religiosa.
Desde tiempo muy remoto, la Virgen María ha sido áncora de salvación para todos aquellos marinos que en peligro de muerte o perdidos en la inmensidad del mar, en guerras o en medio de tempestades, invocaran su santo nombre.
Como en la mayoría de los iconos antiguos, el origen del culto a la Virgen del Amparo no queda completamente claro, pero la devoción a la Virgen, bajo la Advocación de Nuestra Señora del Amparo, a lo largo de los siglos, su imagen sí ha contado con una innumerable cantidad de devotos, principalmente luego del célebre terremoto de Lisboa en noviembre del 1755, el cual causó gran mortalidad, aunque los feligreses de la Hermandad que se encontraban en la Capilla Mayor en Sevilla, sorprendentemente no sufrieron daños de consideración, lo cual fue interpretado, como una protección originada por intervención milagrosa de la Virgen.
Para ponderar la devoción tradicional de los marinos dominicanos por la Inmaculada Virgen del Amparo, Patrona y Protectora de la Marina de Guerra y de la Marina Mercante Nacional, debemos remontarnos a la época de sus respectivos orígenes católicos, durante la Conquista y Evangelización..
Es en este país, donde la Virgen del Amparo ha contado con muchos devotos, principalmente entre los hombres de mar, ya que hace cinco siglos comenzó a sembrarse la semilla del catolicismo
Es esta formación católica que heredaron los hombres del mar, parte de la razón de la existenciade la devoción a la Virgen, ya que buscaban su amparo y le ofrecían su veneración, forjando probablemente el cimiento de esta devoción mariana.
Ya en el siglo XVII se inicia la devoción a la Virgen del Amparo, cuando su imagen fue colocada y venerada en la iglesia de Santa Bárbara.
Ya en el siglo XVIII, cuando el marino civil se transformaba en marino de guerra para defender la Patria en las batallas de la Guerra de Separación e Independencia, visitaba la imagen venerada de la Virgen en la Iglesia antes de acudir a campañas libertadoras.
Esta devoción fue heredada por nuestros marinos mercantes y pescadores que la consideraban como su Patrona. Es por ello que resulta sorprendente, pero no extraña, la similitud de que los fundadores de la naciente Marina de Guerra Dominicana, aquellos héroes que con la Flotilla Naval Dominicana se llenaron de glorias en la batalla de Tortuguero del 15 de Abril del 1844, se llamaran: Juan Bautista Cambiazo, Juan Bautista Maggiolo y Juan Alejandro Acosta.
Coincidiendo junto a nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, no solamente en los sagrados principios de la Nacionalidad, sino tambiénen el mismo nombre de aquel gran Santo y profeta, Juan el Bautista.
Así mismo vale apreciar la gran formación religiosa del catolicismo en los forjadores de nuestra Nacionalidad, pues escogieron el nombre, Dominicana derivado de la Orden Seglar Dominicana. De la misma manera, se puede apreciar la religiosidad, en el Juramento a los Trinitarios.
Así también se pueden observar sus vocaciones religiosas, al proyectar orgullosamente, en el centro del Escudo Nacional una Biblia abierta en el Evangelio de Juan.
Una vez lograda nuestra Independencia l, la Marina de Guerra vuelve a demostrar su veneración a su Patrona, La Virgen del Amparo y desde el 1895, los buques de Guerra y Mercantes, le rinden Honores.Se venera en su iglesiade la base naval 27 de Febrero.
La Marina de Guerra celebra anualmente con gran entusiasmo, esplendor y solemnidad, el día de su Patrona. En las diferentes actividades en su honor se incluyen:
Salvas marineras, verbenas, alboradas, graduaciones, conferencias y la Santa Misa en la Iglesia de Santa Bárbara, desde la que es sacada la imagen de la Virgen, por una nutrida Comisión Naval y llevada en Procesión por calles aledañas, al compás de una marcha marcial y embarcada por el río.
Particularmente me tocó el privilegio durante mis funciones como Jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, de incluir en las actividades en honor a la Virgen, en diciembre del 1999 el acontecimiento de que Su Eminencia Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, anunciara la elevación de la Capilla de la Base Naval a Parroquia.
De igual manera, recuerdo la Misa por la Paz que ofrecimos en abril del 1999 a la Virgen del Amparo, por la unificación y hermandad entre los militares de ambos bandos en que lamentablemente se habían separado las Fuerzas Armadas durante la Revolución de abril del 1965, con los protagonistas principales sobrevivientes para esa época y con su Imagen como testigo, en su Iglesia en esta misma Base Naval 27 de Febrero, despejando así, con un colectivo y fraterno abrazo, todo un oscuro pasado de división y odio.
Con la evolución generacional entre los hombres del mar, siguió en aumento la devoción por la Virgen del Amparo, ya que desde un principio, generalmente los pescadores imploraban protección y buenas pescas, los marinos mercantes, por los buenos negocios, los marinos Independentistas imploraban por los éxitos en sus incursiones patrióticas y los marinos contemporáneos, aun imploraban, en el pasado reciente, por sobrevivir y por las almas de las victimas, luego de ser torpedeadas sus naves durante la II Guerra Mundial y cuyo monumento recordatorio se encuentra justamente al lado de la Iglesia de la Virgen del Amparo; así como los Ruegos mas recientes, que lo hacían por la salud de familiares y progresos profesionales.
Pero ahora, en la actualidad, nuestros ruegos difieren a los de antaño y a los de nuestros antecesores, pues hoy día, los tiempos han cambiado y los peligros que acechan a la familia marinera también son diferentes y han ido aumentando, pues ya no solo se trata de implorar a nuestra Virgen Protectora por la protección de sus vidas ante los posibles peligros de la naturaleza o de la temeridad de una odisea patriótica, o por el descanso eterno de los caídos en el cumplimiento de su deber. Se trata ya de los peligros reales que están carcomiendo los mismos cimientos morales de la sociedad dominicana y que no está exenta de estos grandes peligros la presente generación militar, ya que amenazan el cuerpo y el alma de la estructura familia militar.
Es por ello, que todos nosotros, los militares activos y en retiro , estamos siempre relacionados y comprometidos en Cuerpo y Alma con esta honorable Marina de Guerra, por lo que esperamos que el personal que la compone a través de su veneración a la Virgen del Amparo, reciba la luz Divina para siempre poder distinguir y evadir los actos deshonrosos, porque desgraciadamente se convierten en bochornosos, para una institución que tanto aportes positivos ha realizado honorablemente a su país.
¡Mis Felicitaciones a los marinos militares y civiles, en el Día de su Patrona y deseándoles que La Santísima Virgen del Amparo, los protejan y los libren de todo mal !
*El autor es vice almirante retirado, ex-jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra.