Virgilio Alvarez Bonilla – Los pecadores reformistas

Virgilio Alvarez Bonilla – Los pecadores reformistas

El partido reformista inmerso en rebatiñas dentro de una lucha interna por el control de lo poco que queda en esa organización, debate ahora la conveniencia o no de celebrar una asamblea de delegados para realizar los cambios en la dirección ejecutiva reclamados por la mayoría de la militancia del partido.

La convocatoria se produce pasadas las elecciones generales donde el reformismo hiciera su papel electoral más vergonzoso desde que apareció en el escenario político hace ya casi cuatro décadas. Esta ha sido como todas las cosas sucedidas en esa organización últimamente, una convocatoria precipitada, llevada a cabo sin antes considerar las causas que han llevado a ese partido al borde de la extinción, las rebatiñas más bien, resaltan acusaciones y contraacusaciones que revelan las actuaciones ciertamente no muy transparentes de algunos dirigentes de ese partido. Sucede sin embargo, que en la historia del reformismo encontramos innúmeros casos de dirigentes que violando disposiciones del momento han apoyado candidaturas ajenas al partido o procurado posiciones en gobiernos extraño al mismo, contrariando las prohibiciones en ese sentido establecidas por el propio líder del partido. Lo cierto es, que nunca en vida del doctor Balaguer se sancionaron estas actitudes, algunas de ellas ofensivas a su persona y contrarias a la ética que debe conservarse en cualquier institución política. Balaguer como sabio político se debe sumar y no restar, práctica que lamentablemente no ha sido llevada por los algunos que se auto definen como sus discípulos. El vacío dejado por la ausencia de Balaguer en la conducción del reformismo, no se ha podido llenar ni medianamente, desde su muerte, el partido Reformista no ha cesado en errores, la dirección colegiada solución dejada por Balaguer, estuvo viciada desde sus inicios, nacida del contubernio donde se aprovechó el evidente deterioro en su salud, para modificar el listado original de componentes de la llamada, Comisión Ejecutiva, excluyendo de ese modo a destacados dirigentes del partido con independencia de criterio y con ideas avanzadas de todo tipo de concíbalo pernicioso. Los pecadores reformistas han existido siempre, unos más que otros en la gravedad de sus pecados, en todo caso siempre fueron exonerados de sus culpas, salvo los casos más recientes donde un llamado Tribunal Disciplinario convocado a la carrera y conformado por personas poco calificadas «condeno» a la expulsión entre otros; a dos ex vicepresidentes de la república, al asesor ad-vitam, tres fundadores del partido y varios dirigentes de avanzada por el delito de apoyar un candidato ajeno a los intereses de la cúpula comprometida con el oscurantismo obsequioso. Si ese mismo «Tribunal» hubiese conocido similares casos retrospectivamente, el reformismo se hubiera visto afectado en su propia esencia y razón de ser.

El Consejo Presidencial del partido Reformista que de acuerdo a los resultados electorales recientes, agrupa la mayoría de los simpatizantes de esa organización, en la reunión de su Comisión Ejecutiva, decidió participar en la anunciada convención convocada para el próximo 24 de julio, esta decisión a todas luces es una demostración de la seguridad que tiene ese grupo de que posee la mayoría de los delegados hábiles para votar en ese cónclave, y que lógicamente saldría ganancioso de esa reunión. De ser así, los grupos que se han opuesto a la integración de los directivos agrupados en el Consejo Presidencial, no tendrían otra opción, que aceptar el resultado de la voluntad mayoritaria de ese partido. Si por el contrario el irrespeto a la democracia se impone nuevas vez, entonces el proceso de desintegración de ese partido continuará su inexorable camino a la desaparición.

Los pecados dentro del reformismo nunca han contado a la hora de pasar balance, el momento no es el más adecuado para continuar con posiciones intransigentes que no conllevan a nada en una política de unificación. Dentro del reformismo, no hay una sola figura que se atreva a tirar la primera piedra, las faltas manchan a todos por igual, )o son aquellos que hoy claman por rectificaciones los que poseen la calidad moral para hacerlo?. Es mejor no hurgar en el pasado para reconocer los pecadores de ayer, para que los de hoy puedan transitar por el mismo camino de la indulgencia partidaria.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas