Virtudes del pescado

Virtudes del pescado

Comer pescado, especialmente azul, aporta al organismo innumerables ventajas. Son ricos en omega-3, una alternativa eficaz para mejorar la salud. Los expertos aconsejan, como mínimo, dos raciones semanales ya que el organismo no sintetiza la omega-3, por lo que deben ser asimilados a través de la dieta.

Parece que una dosis diaria de entre 1 y 1,5 gramos de omega-3 reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y coronarias, al prevenir arritmias y disminuir el riesgo de muerte súbita, sobre todo en infartos.

[b]Un antihipertensivo[/b]

Los ácidos grasos poliinsaturados se ingieren, sobre todo, cuando se consumen pescados azules (salmón, bonito, sardina, emperador, arenque…), y sus efectos son similares a los que ofrecen algunos de los fármacos más utilizados para el tratamiento antihipertensivo, además de ayudar a reducir los triglicéridos.

Pero estas grasas no sirven únicamente en la prevención de estas enfermedades; también ayudan a mejorar él pronóstico del paciente que ya las han percibido, protegiendo su sistema cardiovascular.

Corazón más estable

Los pescados azules sirven para controlar la arritmia y disminuyen el riesgo de muerte súbita, ya que estos ácidos grasos de cadena larga tienen una gran capacidad para estabilizar la contradicción de la célula muscular cardiaca, lo cual mejora el ritmo y disminuye la inestabilidad eléctrica del músculo del miocardio, que es la causa de numerosas muertes coronarias.

También reducen el riesgo de isquemia coronaria, previenen la formación de trombos, disminuyen el avance de la arteriosclerosis y los triglicéridos, previenen la taquicardia ventricular y la fibrilación, disminuyen la agregación plaquetaria en vasos sanguíneos, mejoran la función endotelial…

Y además…

El consumo de omega-3 resulta esencial también para otras patologías, como las enfermedades inflamatorias y el cáncer, mejoran la función pulmonar, retrasan el envejecimiento de los pulmones, reducen la respuesta de los asmáticos ante estímulos alérgicos y frenan el crecimiento de las células cancerígenas.

Asimismo, los ácidos grasos omega-3 y omega 6 desempeñan un papel fundamental durante la gestación, la lactancia y la infancia para el crecimiento del tejido nervioso y para el desarrollo mental de los lactantes.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas