El señor Roque Sierra pudiera ver frustrados sus justos deseos de culminar su paso por este mundo sin el cumplimiento de un sueño muy especial, sueño que comenzó a hacerse realidad parcialmente cuando recibió hace unos meses su pasaporte español No XD195733, sin poder disfrutarlo porque no seria realmente feliz, ni debe por su edad, viajar solo, sino en compañía de sus hijos, especialmente de su hija África Argentina, a cargo de sus cuidados personales.
La verdadera realización para Don Roque y familia sería conocer la tierra de sus padres y abuelos, la isla de La Gomera, allá en Canarias, desde donde éstos emigraron hace más de un siglo a República Dominicana para vivir y morir. Nunca más volvieron a ver el Roque Cano sobre Vallehermoso, pero aquí sembraron su propio Roque, cuyo nombre, cual tropo metonímico, parecería connotar su carácter y forma de ser: fuerte y prominente como un peñón.
Ellos le enseñaron a amar esta tierra lejana que Don Roque idealiza en sus sueños desde pequeño. Con su ejemplo heredado de laboriosidad, decencia y amor a los suyos, Don Roque ha sabido construir una hermosa familia que le hace sentir orgulloso y de la que todos le consideran un patriarca. Don Roque es el pater familia que se ha ganado a pulso el respeto, admiración y cariño de todos con su carácter, rectitud y buen trato.
Paradójicamente, talvez este «regalo» de la vida tan esperado no podrá ser abierto hasta las próximas Navidades y se pierda esta carrera desigual contra el tiempo. A los hijos de Don Roque les denegaron las solicitudes de visado por el Consulado de España en Santo Domingo, al parecer por no acreditar suficiente solvencia y arraigo, por lo que si esto no se resuelve de alguna manera, les tocaría esperar hasta después del próximo 27 de diciembre, fecha en que se cumple el año que establece la Ley de Memoria Histórica para su entrada en vigor.
Dicha LEY 52/2007, de 26 de diciembre, que culmina una larga reivindicación impulsada por la agrupación Hijos y Nietos de Españoles, autoriza a los nietos de españoles emigrantes adquirir la nacionalidad de sus abuelos, pero, para mas INRI, los expertos aseguran que los procesos no serán rápidos, por la cantidad de solicitudes que se esperan en todos los consulados españoles.
Se trata, por tanto, de un derecho legal que por la fecha de la Ley y de su entrada en vigor pareciera una suerte de precioso regalo de Navidad esperado por miles de familias en situaciones similares a la del señor Roque Sierra Plasencia, cuyos padres, Sebastián Sierra Plasencia y Benita Barroso Navarrete, eran naturales del municipio de Vallehermoso, en la isla de La Gomera, Islas Canarias, y que, con sus 97 años de edad (98 el 16 de Agosto de este año) , posiblemente sea la persona de mayor edad en el mundo que adquiere la nacionalidad española como hijo de español de origen no nacido en territorio español.
Don Roque nunca ha salido de la Republica Dominicana, Mi padre, Sebastián,- nos cuenta-, era perito en guineos y entró al país por Puerto Plata (*), donde trabajó para la productora y exportadora de guineos de los Dumás, junto a un amigo, también de la isla La Gomera, llamado Antonio Barroso, que luego se convertiría en su cuñado.
Puerto Plata, fundada en 1502, fue destruida por las devastaciones de Osorio en 1606, pero, ante el peligro de incursiones de potencias extranjeras, fue nuevamente fundada en 1736 con familias canarias llegadas exclusivamente para este fin. Irene Pérez Guerra, explica en su obra La Presencia Canaria en Santo Domingo: Primero se llamo Nuestra Señora de la Candelaria y Puerto Plata, pero después, la patrona de Canarias fue desplazada por el patrono del monarca reinante, Felipe V, por lo que prevaleció la designación de San Felipe de Puerto Plata.
Antonio le propone mandar a buscar una de sus hermanas a Canarias para que se casaran y así serían cuñados. Antonio le hace la propuesta a su hermana Liberata y esta no acepta. Benita dice que sí, toma un barco y se casa con Sebastián Roque en 1903 en la catedral de San Felipe de Puerto Plata.
El matrimonio se trasladó a San Francisco de Macorís, donde Sebastián Sierra atendía fincas de cacao como administrador y allí nace Roque (1910) y Dominga (ya fallecida).
En San Francisco crece el joven Roque Sierra Barroso, ayuda a su padre en las fincas que administra, hace de monaguillo porque le gustaba el latín, realiza estudios básicos y saca su primera Cedula No 3605 serie 56.
La historia de Roque Sierra Plasencia da para muchos capítulos. Solo diré como resumen anecdotario que le llamaban Roque a Caballo, vivió la Era de Trujillo de comienzo a fin, se hacia sus propios cachimbos cuyo humo le permitía cosechar miel sin ser picado. Fruto de una primera relación procreo dos hijos en San Francisco y a los cuarenta años, en Cotu?, donde fue a trabajar como bueyero, caso con Altagracia Ortega con quien tuvo ocho hijos. Recibió unas tierras del Primer Proyecto Agrario del país durante la presidencia del profesor Juan Bosh. Fue fundador de la Cooperativa Amor y Paz distinguida con la Orden del Merito de Duarte, Sánchez y Mella por el Doctor Joaquín Balaguer.
Don Roque es un hombre que se hace querer y bajo cuyo manto protector, disciplina y orientación, todos sus hijos tienen casa propia y una empresa para vivir. El todavía explota sus tierras con la ayuda de sus hijos como productor arrocero. Don Roque tiene un expediente de por vida impecable, donde consta haber honrado cuantos créditos ha recibido. Don Roque merece ver su sueño cumplido.
Sus hijos nos dicen sanamente: Tenemos instrucciones de papá: cualquier familiar de Canarias que venga a Santo Domingo, este yo o no, aquí tiene su casa y le estaremos celebrando desde que llegue hasta el ultimo día que se vaya familia es familia.
Eso si, Don Roque, ese viaje suyo a Canarias debe hacerlo antes o después de su 98vo. cumpleaños, el 16 de agosto, porque para ese día nos tiene prometido una fiesta en su finca de la Angelina, en Cotuí, donde iremos a probar su especialidad: el puerco a la puya.
¡No podemos perdernos esa celebración tan especial de una autentica familia dominicanaria!
En síntesis
Origen y descendencia
Roque Sierra tiene el pasaporte español que le permitiría ir a conocer la cuna de su padre, en Vallehermoso, islas Canarias, del que heredó la nacionalidad después de mucho tiempo. Pero como tiene 97 años de edad, no puede viajar sin la compañía de sus hijos. Aunque a ellos les correspondería también por una ley el derecho de adquirir la nacionalidad, tienen que esperar su entrada en vigencia, además de que solicitaron unas visas españolas que no han obtenido.