Visión alentadora del Banco Mundial sobre las economías en desarrollo

Visión alentadora del Banco Mundial sobre las economías en desarrollo

COMENTARIO EDITORIAL
El Banco Mundial describió una perspectiva en gran medida brillante para las economías en desarrollo en su informe anual “Desarrollo Financiero Global”, publicado el martes. Pero mientras que la tinta se secaba en el informe, ese entorno benigno se iba deteriorando seriamente. El índice MSCI de marcados emergentes cayó 13% en una quincena, mientras que los “spreads” de los bonos de mercados emergentes saltaban de 173, hace un mes, a 214 el martes.

No obstante, no hay necesidad de entrar en pánico todavía. Los diferenciales de los bonos de los mercados emergentes que estuvieron sobre los 1,000 puntos, tan cerca como puede ser el año 2002, ahora están en bajas récord.

Los países en desarrollo están logrando estos términos generosos con mejores políticas. La prensa ya no se considera una forma apropiada para financiar el gasto de los gobiernos: las tasas medias de inflación en los países en desarrollo, después de andar por encima del 10% durante la mayor parte de las últimas tres décadas, han promediado menos de 5% en tres años.

Las agencias calificadoras emitieron recientemente muchas más aumentos en las calificaciones que degradaciones.

El préstamo externo a corto plazo, que alimentó las crisis financieras de los 90, ha estado declinando en relación con la deuda a largo plazo. Mientras que los países en desarrollo pudieran haber utilizado la confianza del mercado para prolongar una parranda de préstamos, al contrario, han extendido la maduración de su deuda.

“El “riesgo de la posposición” es por esta razón inferior para muchos países, aún cuando los diferenciales se amplíen más ahora.

Las fuentes de financiamiento para los países en desarrollo también se ve más fuerte y diversificada. En los años de 1970, los países en desarrollo dependían de préstamos bancarios como fuente para el financiamiento privado. Ahora, los mercados de bonos son igual de grandes, y más de la mitad del financiamiento de los bonos se recauda en moneda local. Además de lo anterior, están los flujos enormes de inversión extranjera directa  -alentador, puesto que las fábricas no salen huyendo durante una crisis- y también sustanciales inversiones en el portafolio de acciones corrientes- a diferencia de los bancos, los inversionistas en bonos y acciones corrientes no pueden sencillamente exigir pagos en su totalidad. 

También vale destacar el aumento de las remesas de los trabajadores. En una cifra de US$167 millardos son superiores que la deuda neta y los portafolios netos de flujos en acciones en conjunto. Los trabajadores tienden a enviar más dinero a casa cuando es más necesario, y a los países más pobres tanto como a los favoritos de los inversionistas.

Nadie negaría que el riesgo se mantiene. Las cifras agregadas ocultan grandes variaciones. Las diez economías en desarrollo principales recibieron casi 65% de la inversión extranjera directa, aunque aún esa cifra altamente concentrada es más baja que el 75% de finales de los 90. Algunos países en desarrollo siguen estando altamente endeudados. Algunos están quemando mucho efectivo mientras tratan de subsidiar los costos de la energía. Otros siguen dependiendo de los continuos fuertes resultados de Estados Unidos.

Sin embargo, persiste el hecho de que las economías en desarrollo nunca han estado en mejor posición para resistir el nerviosismo de los mercados de capital globales. Esta es una prueba que tienen que pasar. 

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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