Me honra y me pone en serio compromiso cuando se me pide que escriba un artículo sobre mi fraterno amigo Marco Rodríguez Sánchez y su libro “Apuntes para la historia del abastecimiento de agua potable y alcantarillado en República Dominicana ”puesto en circulación una espléndida tarde del jueves 1ro de octubre en el Centro Asturiano, engalanado con la presencia de un selecto grupo de viejos amigos, compañeros de labores y ex directores y altos funcionarios del Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (INAPA),la CAASD, el INDRI, CORAASAN y otras dependencias del sector, donde Marco prestó sus invaluables servicios en distintas funciones por más de 50 años ininterrumpidos, rindiendo, cada uno de ellos vivo testimonio de sus virtudes: su lealtad, humildad e inmaculada conducta moral y ética, su labor tesonera y ejemplar, merecedora de que el Laboratorio Central de la Calidad de Agua del INAPA, en solemne acto, luciera su nombre y le fuera concedido, posteriormente, la Orden de Mérito Duarte, Sánchez, y Mella, en el grado de Caballero, por Decreto Presidencial Núm. 350/91, que ya por modestia o tozudez ¡vaya usted a saber! rehúye recibir sin dar explicaciones que pudiera inquietar su espíritu.
Con atractiva portada y magnifica diagramación, el libro de 503 páginas, mas sus anexos, escrito con amor y pasión, revela el carácter y la idiosincrasia de su autor “asumiendo el reto de redactar y publicar su libro con todas sus consecuencias, con la profundidad y minuciosidad requeridas”, consultando y evaluando fuentes inagotables de historiadores y científicos notables, nacionales y extranjeros versados en la materia, empeñados en indagar, desentrañar y dar a conocer la posteridad la historia del preciado líquido, porque “sin agua no hay vida.”
Lector infatigable de todo tipo de literatura se deja convencer y da a conocer su libro no sin antes hacer una auto presentación seguida del listado de agradecimientos y un inequívoco prefacio de Ernesto Sábato que hace suyo:“El escritor tiene un solo compromiso, el de la verdad plena.”
Dividida la obra en XV Capítulos de rico contenido, en el primero el autor de los Apuntes de la historia del agua, conviene que: “Es difícil – quizás imposible-decir cuándo comienza una historia… Toda historia es parte de otra historia anterior que la contiene y le da sentido.
Escribir y contar una historia es también hacer recortes, supresiones, selecciones (Denise Paraná, 2003) El Capítulo II trata de nuestros aborígenes tainos, incautos, inocentes y del agua, sana, abundante, cristalina, con ríos caudalosos a la llegada de Cristóbal Colón a la isla (1492) siendo sus pobladores exterminados cruelmente, no sin valiente resistencia por los usurpadores sedientos de oro.
El Capítulo III, cruza los siglos XVII, XVIII y XIX, siguiendo una rigurosa secuencia cronológica para detenerse en el Siglo XX, (Capítulos IV – XI) donde el análisis narrativo se hace más crítico, extenso y no menos profundo destacando aciertos y desaciertos producto de tiempos y gobiernos inestables que se detienen con la impronta de la dictadura de Trujillo que impactó notablemente “en la política económica, social y cultural del país y sus primeras obras sanitarias, hasta arribar a los años 1961-1966, los periodos 1967-1978 del Dr. Balaguer, 1979-1986 del PRD y los posteriores del PLD sucesivamente continuando la historia sin dejar de señalar la intervención e influencia de organismos internacionales e ilustrados con datos estadísticos de cada etapa operacional y particularmente, llegando al siglo XXI Capitulo XII, puntualizando el diagnóstico sectorial y antecedentes de reformas más recientes del Sector APS y aquellos eventos principales relacionados con imperativo y fascinante tema del agua que van de la continuidad positiva de la reforma hasta su desnaturalización.
Un juicio de valor científico para evaluar objetivamente el contenido de este notable y vigoroso esfuerzo de Marco Rodríguez sobre un tema de tanta complejidad y magnitud que requiere enjundiosos estudios como los realizados por el autor y antecesores, no es propio de un novicio. Pero ello no le priva como lector que desde antaño sigue sus pasos, tener fe y compartir sus verdades: “Que vale la pena seguir insistiendo en la construcción de la utopía; que todos sus ingresos tienen acta de nacimiento porque nunca ha estado involucrado en manejo irregular de fondos públicos, ni en atesoramiento o disfrute de rentas ilegitimas; que la honradez, el sentido del deber, la dignidad, la austeridad, el amor a la verdad, a la familia y al trabajo, lo aprendió de su madre desde pequeño.
Que cree en la amistad y tiene pocos amigos”. Siendo, como me siento ser, uno de ellos.