EDUARDO KLINGER PEVIDA 
Acabo de disfrutar de la excepcional experiencia de una visita a la República Popular China, como invitado de la Embajada China, integrando una delegación de funcionarios gubernamentales integrada igualmente por un representante de la Suprema Corte de Justicia y representantes de la Cancillería, Industria y Comercio, Turismo, Hacienda, la Junta de Aviación Civil, APORDOM y el CEI-RD. Por varios años he estado acercándome a la realidad China impresionado por los registros de comportamiento económico que organismos internacionales publicaban, creía que tenía una visión bastante cercana a la realidad de lo que el país había alcanzado. La vivencia apreciada superó con mucho la realidad.
El objetivo era participar en un seminario en el que se nos explicarían las bases y conceptos que comprende el programa de la Franja y la Ruta de la Seda y para ello los diferentes expositores reseñaron la estrategia de desarrollo diseñada por China a partir del momento que en 1978 inició un proceso de reformas y aperturas que la ha catapultado a un lugar cimero en el mundo de hoy encaminándose, según FMI y Banco Mundial, a ocupar el lugar de primera economía mundial a más tardar en 2030, lo que nadie en su sano juicio y desprovisto de prejuicios y trasnoches ideológicos puede dudar. No obstante la impresionante visión objetiva de desarrollo que rebosa el alcance ocular, con ciudades impecables, con gigantescas avenidas, muy forestadas, por doquier verdaderos “bosques” de rascacielos con arquitecturas impresionantes y bellamente iluminados con artificios luminosos durante las noches, impecablemente limpias y sin indigencia, hay que destacar la modestia con que todos los que nos contactaron expusieron sus temas; nunca hubo petulancia ni prepotencia. Un pueblo con una cultura e historia de más de cinco mil años vive orgulloso de su herencia y con dedicación la preserva y venera. Aun en el marco de la diversidad étnica y religiosa el país recoge por doquier monumentos y templos de adoración para las diversas manifestaciones.
La infraestructura de que se ha dotado la nación en menos de 25 años es admirable. La atención que se presta al desarrollo de las ciencias y la innovación explica porque se ha venido situando en posiciones líderes en educación e investigación y desarrollo. Visitamos un centro que cuenta con 8 mil innovadores que han aportado un sinnúmero de avances muchos de los cuales vimos en directo. Anualmente el país tiene un superávit del 30% después de ejecutar su presupuesto, de ahí su activa incidencia en inversiones a escala mundial. Fuimos hasta el puente recién inaugurado con una extensión de 55 kilómetros que conecta el territorio continental de la nación con sus islas de Macao y Hong Kong incluyendo un túnel submarino de 6 kilómetros – para no afectar el tránsito marítimo – y con dos islas artificiales que le sirve de sostén intermedio. Comoquiera el tramo directo más largo es de 30 kilómetros. El grupo también abordó las diversas preguntas que hicieron sobre la RD. Con gran respeto y prudencia expusieron su experiencia pero en ningún momento pretendieron sugerir lo que en RD se debía hacer.
Al celebrar mañana el 70 aniversario de la proclamación de la República Popular, nueva etapa histórica, vayan nuestras felicitaciones y reconocimiento a la Embajada, el gobierno y pueblo chinos.
