Visitan tumba Yaser Arafat

Visitan tumba Yaser Arafat

RAMALA (EFE).- Cientos de palestinos acudían ayer en peregrinación a la tumba del presidente Yaser Arafat, en Ramala, para rendirle honores y rezar por su alma, así como para transmitir su legado a las nuevas generaciones. Desde por la mañana la tumba de Arafat, enterrado ayer en la Mukata en medio del caos y la emoción de decenas de miles de personas, es frecuentada por palestinos de la ciudad y de sus alrededores.

   Allí, depositan flores, se detienen a pensar, rezan por su alma, y tratan de interiorizar durante unos minutos la pérdida de su líder, de quien fue la cara más internacional del pueblo palestino. Todo en un silencio riguroso.

   Hombres y mujeres, ancianos y niños, padres con sus hijos, han llegado a ver la tumba de un Arafat al que ayer no se le pudieron rendir los honores que habían programado las autoridades.

   Según la tradición musulmana, los palestinos depositan sobre la tumba ramas de olivo, pero también banderas palestinas y «kefías» como las que hicieron de Arafat un símbolo nacional cuando se presentó cubierto con ella en la Asamblea General de Naciones Unidas, en 1974.

   La primera jornada de duelo en todos los territorios palestinos coincide con la fiesta de Id-El Fiter, que pone fin al mes de ayuno de Ramadán.

   Este año las conmemoraciones oficiales han sido canceladas por la paralización de tres días -dentro de un período oficial de duelo de 40-, que han declarado las autoridades, por lo que los comercios están en su mayoría cerrados y el ambiente en Ramala es sombrío.

   Por la mañana, a primera hora, ha sido la nueva dirección palestina, con el nuevo presidente de la OLP, Mahumd Abbas (Abú Mazen), la que se ha desplazado hasta el lugar de reposo del histórico presidente para rezar por su alma.

   Poco después, de forma independiente y con una corona de flores, lo hizo el primer ministro de la ANP, Ahmed Qurea.

   Era el homenaje oficial de unos líderes que ayer no pudieron ver siquiera su entierro porque decenas de miles de personas se abalanzaron sobre el helicóptero egipcio que trajo los restos e impidieron la celebración de la sepultura según el programa.

   El líder palestino fue sepultado de forma fugaz junto a cuatro cedros en el recinto de la Mukata, junto al edificio donde Israel lo tuvo confinado durante los últimos tres años y del que sólo pudo salir trece días antes de su muerte en un hospital a las afueras de París.

   No lejos de allí ha sido instalada la «cabaña de duelo», hoy visitada por palestinos de a pie, dirigentes comunitarios y diplomáticos extranjeros, entre ellos el cónsul de España en Jerusalén, José María Ferré.

   Según las tradiciones, en la «cabaña» reparten café con cardamomo y dátiles a todos aquellos que llegan para expresar sus condolencias a las autoridades.

   Tras depositar la ofrenda floral a Arafat, Qurea se entrevistó en la Mukata con el alto representante europeo de Política Exterior y Seguridad, Javier Solana, a quien anunció su intención de convocar elecciones municipales en diciembre, presidenciales en enero, y legislativas en el primer trimestre de 2005.

   Todo para afianzar la legitimidad de la nueva dirección a los ojos del pueblo, y ganarse la credibilidad de la comunidad internacional.

   Al continuo peregrinaje en Ramala se sumó el pequeño homenaje que la comunidad árabe-israelí rindió hoy a Arafat en la ciudad de Nazaret, en la Galilea.

   Allí entre 700 participantes -según la Policía- y 2.000 -según los organizadores- marcharon desde la Plaza del Manantial, en el centro de la ciudad, hasta el campo de fútbol, junto a la Basílica de la Natividad.

   En un principio los organizadores esperaban una asistencia masiva, pero la fiesta de Id-El-Fiter y la cada vez mayor distancia entre los intereses de los palestinos israelíes -conocidos como «árabes-israelíes»- y de los que viven en Cisjordania y Gaza parece haber mermado las aspiraciones de un homenaje multitudinario.

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