Aunque para muchos la mantelería sea cosa del olvido, esta sigue siendo uno de los requisitos principales de la etiqueta y protocolo cuando de algún evento importante se trata. Los expertos aseguran que saber vestir la mesa es tan importante como  colocar correctamente los cubiertos, copas y platos, y que una mesa mal vestida dará una pésima impresión de los anfitriones.

Y vaya que es mucho más que el tradicional mantel. La mantelería incluye el juego de manteles y servilletas que se usan en la mesa: manteles individuales, servilletas, servilletas de coctel, paneras, vineras y hasta los paños de bandejas.

El traje de la mesa.  El mantel es el principal “atuendo” de la mesa y se recomienda complementarlo con un bajo-mantel para evitar que el mantel resbale, proteger la madera de las temperaturas calientes, derrame de líquidos o golpes mientras se sirve. Este no debe sobresalir del mantel principal, ni ser de textura muy gruesa.

El mantel debe cubrir por completo la mesa, pero nunca llegar hasta el suelo. La regla es que no sobrepase el tercio de la distancia entre el tope de la mesa hasta el suelo. Es imprescindible combinarlo con el resto de la mantelería, con la vajilla y los adornos.

El más tradicional es el mantel blanco, pero la decoración actual ha dado cabida a una amplia variedad de colores y en épocas como la Navidad, es común ver combinaciones más osadas.

Los tonos beige, marfil y colores pasteles, son también muy elegantes.

Servilletas y más.  Las servilletas son indispensables, y lo mejor es que cuente con algunas de más para poderlas cambiar durante la comida. Deben colocarse dobladas en forma triangular o rectangular a la izquierda del plato, y se recomienda dejar los doblados artísticos para ocasiones muy informales.

Otros de los complementos que conlleva la mantelería son los manteles individuales, paneras, vineras, paños de bandeja y las servilletas de coctel.

Cierto es que muchas personas dejan la mantelería guardada sólo para ocasiones especiales, limitándose a adornar la mesa con los manteles individuales o los denominados “caminitos”, que también pueden encontrarse a juego con el resto de la mantelería.

Un arte.  Los detalles  hacen de la mantelería una  verdadera  artesanía. Con  técnicas de bordado, cortes, estampados y técnicas de costura se da el toque distintivo a cada pieza.