Dentro de las vitaminas liposolubles existe una popular por su relación con la visión – la vitamina A o Retinol. Esta, por su capacidad de disolverse en grasa, puede presentar efectos secundarios tanto en su deficiencia como su exceso. Las vitaminas liposolubles se acumulan en los tejidos grasos y en el hígado preferiblemente. Un exceso o hipervitaminosis A se da cuando el paciente supera unas 10 veces la dosis diaria, por lo que su incidencia es rara a menos que el paciente esté en una dieta desequilibrada o use suplementos de manera indiscriminada.

Los síntomas de hipervitaminosis pueden ir desde:

• dolor de cabeza
• sequedad de las mucosas
• vómitos
• visión doble
• pérdida del pelo
• daño en el hígado
• hemorragia
• coma

La vitamina A tiene, sin embargo, muchos beneficios cuando se incluyen alimentos que la contengan como parte de una dieta equilibrada. Juega un papel importante en la visión ya que en la retina del ojo se une a ciertas proteínas que ayudan a convertir la luz en un impulso bioeléctrico que el cerebro puede interpretar. Además, se ha asociado a la diferenciación y proliferación celular, lo que la convierte en un factor protector contra ciertos tipos de cáncer.

Se ha discutido el rol de esta vitamina en la inmunidad, ya que entre las décadas de 1920 y 1930 se determinó que la deficiencia de vitamina A se acompaña de una menor resistencia ante infecciones. No obstante, este aporte no es general para todas las infecciones. Se ha comprobado mediante estudios que las intervenciones con vitamina A reducen la gravedad de algunas infecciones, en especial sarampión y diarrea, pero, contrario a lo que se cree comúnmente, no disminuye la gravedad de las infecciones respiratorias.

La vitamina A incluye compuestos con actividad biológica similar conocidos como retinoides, pero la forma en que mayormente la recibimos en la dieta es como la vitamina preformada.

La encontramos principalmente en:

• hígado
• pescado
• vegetales amarillos y verdes de hojas abundantes
• huevos
• lácteos

También puede formarse en el cuerpo a partir de pigmentos amarillos que se unen a grasa amarilla conocidos como carotenoides.

Comer una dieta equilibrada y variada, incluyendo los alimentos ya mencionados, nos puede garantizar tener un aporte adecuado de Vitamina A, contribuyendo a la salud de nuestros ojos y fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico.  Si crees que debes tomar suplementos, primero consultar con su médico nutriólogo o nutricionista-dietista quienes te orientarán.

Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim