POR: Dr. Luis Felipe Santana /@dr.luissantana
Hemos escuchado hablar mucho sobre la Vitamina C, sobre todo por sus propiedades en reforzar el sistema inmunológico. Desde su ‘descubrimiento’ (1747) el médico inglés James Lind postuló que se encontraba en las frutas. Sometió a unos marineros que estaban en alta mar y presentaban una enfermedad caracterizada por malestar, letargo, sangrado en las encías, problemas para cicatrizar, caída de los dientes e incluso muerte a 6 dietas diferentes viendo como mejoraban los que consumían frutas. En el 1937 Albert Szent-Györgyi recibe el premio Nobel por sus hallazgos sobre la vitamina C, llamado entonces el factor anti-escorbuto.
Hoy en día podemos identificar la vitamina C (o ácido ascórbico) como un compuesto hidrosoluble (soluble en agua) que es esencial para al menos 8 reacciones enzimáticas del cuerpo. Una de las reacciones más importantes es su rol en la formación de fibras colágenas, que sostienen las células del cuerpo y ayudan a formar una barrera que impide el paso de elementos dañinos como virus y bacterias. Tiene un rol importante como antioxidante, entre otras importantes funciones que fortalecen la inmunidad. Sin embargo, contrario a la creencia común, estudios recientes revelan que la suplementación de la vitamina C no tiene un efecto eficiente de reducir los días del resfriado común salvo en algunos casos (atletas alto rendimiento). Algunos estudios muestran que altas dosis de vitamina C pueden causar trastornos gastrointestinales. Afortunadamente, como es hidrosoluble, se elimina a través de los riñones sin muchos efectos secundarios y no llega a concentraciones tóxicas.
La vitamina C se requiere en diferentes cantidades en todas las etapas de la vida. Desde 15 mg/día al año de edad hasta 90 mg/día para un adulto. Se encuentra mayormente en frutas y vegetales frescos, por lo que debemos consumir al menos 5 porciones de frutas y/o vegetales al día. Debemos suplementar? La Sociedad Internacional de Inmunonutrición aconseja una dieta variada, equilibrada, rica en frutas y vegetales coloridos. Esto aumenta la ingesta de nutrimentos que apoyan la función immune. En cuanto a suplementación, refieren que en algunos casos se aconsejan dosis desde 200mg hasta 2000mg. Tener en cuenta que no necesariamente esto sería una medida protectora o que mitigaría los efectos en caso de contraer el Covid-19. Enfoquémonos en apoyar nutricionalmente nuestro sistema inmunológico y nuestra salud en general. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim.