Viuda historiador pide auxilio a Leonel

Viuda historiador pide auxilio a Leonel

Que el mandatario intervenga en la arbitraria invasión de unas tierras que son su único patrimonio y el de sus cinco hermanos, es la última esperanza de Yolanda Balcácer, la viuda del historiador Román Franco Fondeur, quien durante 31 años, sin tomar vacaciones, dirigió el Archivo Histórico de Santiago.

Escuchar la historia del drama que ha representado la ocupación de la que fue finca de sus abuelos en el sector llamado “El Ingenio”, conmueve. Casilda, Carmen, Ana Isabel, Alfonso, Radhamés y ella, todos de edad avanzada, no han vivido en paz desde el 15 de agosto del año pasado cuando lo que fue una hermosa estancia en la que se cultivaban flores, plantas, víveres, la convirtieron en cenizas para venderla por pedazos.

Los seis, ya ancianos, algunos afectados de enfermedades propias de sus años,  han estado acudiendo diariamente a todas las instancias que les exigen, sin éxito. Como medida de clamor extremo, Yolanda viajó a Santo Domingo tan sólo para acudir a HOY a denunciar el abuso y pedir con insistencia: “Mi deseo es que Leonel Fernández lea tu artículo, ponlo con un cintillo bien grande, que se entere Leonel”, reitera con la ilusión de que el gobernante resolverá su deplorable situación.

“Porque hemos hecho todo lo que nos han indicado, con grandes esfuerzos y sacrificios entregamos el último papelito que nos pidieron y los privilegiados siguen siendo los invasores”, manifestó Yolanda.

La historia que cuenta quien fue amorosa compañera del más dedicado cronista de la región del Cibao al que acudían investigadores históricos de todo el país y él ofrecía generoso y espontáneo todo el acervo de la institución y de su memoria prodigiosa, es indignante.

Los hermanos mantenían en sus predios a un agricultor al que construyeron una casita. Éste aprovechaba y sembraba víveres. Lo sacaron y le incendiaron la vivienda. “Cuando fuimos al lugar los invasores no nos dejaron llegar, nos esperaron armados, hicieron el intento de dispararnos y se reían de nosotros diciendo: ¡De aquí  no nos saca nadie!”, relató Yolanda, a quien el caso ha agravado su condición de hipertensa que se suma a la dificultad para caminar por una artritis crónica que demanda colocación de prótesis en las rodillas.

Trámites inútiles

Los invasores, manifiesta Yolanda Balcácer viuda Franco, “son personas de dinero que tienen esa actividad por negocio. Ocupan, venden y se van”. En el lugar han levantado numerosas casitas que han “adquirido” particulares.

Los hermanos Balcácer visitaron al Abogado del Estado, quien solicitó la fuerza pública “pero la Policía no la ha autorizado, pese a que fui personalmente. Me mandaron con dos agentes a tomar fotografías y aún no he recibido respuesta”. También, agregó, “escribí una comunicación al gobernador Izquierdo, y nada, no me ha contestado”.

Por eso es que exclama: “Éste es mi único patrimonio, la única esperanza de pasar una vejez tranquila, mis otros hermanos también. Todos somos viejos. Ya sólo el Presidente tiene en sus manos la solución”.

“No te imaginas cuánto hemos sufrido viendo esos terrenos ocupados, agotando trámites costosos, pagando abogados, sacando fotocopias, papeles hasta de no-gravamen porque, se deba o no, eso es de los dueños. Es una paradoja, uno tiene que llenar numerosos requisitos y a los invasores no se les pide nada”, expresó Yolanda.

Justo antes de la ocupación, los Balcácer habían tasado la lotificación para venderla, “pues, te repito, es lo único que tenemos y necesitamos ese dinero”.

Ubicados en el kilómetro siete, después del cementerio de El Ingenio, en Santiago, están las tierras que inicialmente fueron propiedad de Rafal Muñoz, el abuelo de Yolanda, donde levantó una hermosa mansión en la que residió hasta que se trasladó a Santiago. Cuando falleció, los descendientes la dividieron. La madre de Yolanda tuvo las tierras hasta que en 1974 entregó a cada hijo una proporción. Son, en total, seis mil doscientos metros cuadrados.

La protagonista

Yolanda Balcácer

Yolanda nació el 26 de noviembre de 1928. Es la madre de cinco hijos: Verónica, Román, Federico Eduardo, César y Jeannette, procreados con Román Franco, quien falleció el cinco de octubre de 1989. Otra de las hermanas afectadas, Casilda, es también viuda.

Yolanda recibía una pensión de 800 pesos. Hace poco la aumentaron a dos mil que no le alcanzan ni para los medicamentos de la hipertensión.

Ahora le han invadido sus tierras y los ocupantes no sólo son principal motivo de su enojo e intranquilidad sino  de la agudización de sus padecimientos de salud pues, ante la indiferencia oficial, envalentonados, ellos juran que “de ahí no los sacan ni muertos”.

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