Madeline Bernard Peña estalló en llanto en el tribunal mientras declaraba como testigo y frente a los supuestos sicarios del crimen de su esposo, al recordar la fatídica noche del 24 de diciembre de 2009, cuando fue  acribillado el coronel (PN) José Amado González González, con quien tenía dos hijos.

Es la primera vez que a la mujer se le ve llorar e intentar recordar las escenas del crimen que la  mantienen en silla de ruedas, con una lesión en una pierna.

En dos ocasiones, los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional debieron recesar la audiencia y  en la segunda ocasión, esperar  diez minutos, dado el dolor que manifestaba la sobreviviente del ataque a tiros, pasadas las 8:00 de la noche, cuando regresaban del salón de belleza a su residencia en la Torre Serena, de la avenida Anacaona, en Santo Domingo.

Bernard Peña volvió a subir al estrado ayer, esta vez no como acusada de lavado de activos en la red que se le atribuye al supuesto narcotraficante puertorriqueño José David Figueroa Agosto, sino para deponer contra los nueve hombres acusados de sicariato y de alegadamente asesinar a tres personas por encargo de Figueroa Agosto.

A   Bernard Peña, quien espera la sentencia del Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional por presunto lavado de activos junto a otras siete personas vinculadas a Figueroa Agosto, también le asesinaron el año pasado a su padrastro, el  propietario de la panadería y repostería La Francesa, Rubén Soto Hayet.

El homicidio se le imputa al grupo que al ayer le vio la cara Bernard Peña,  cuyo expediente conocen los jueces Pilar Rufino, Daira Medina y Daniel Nolasco.

 Entre lágrimas y sollozos, la mujer  contó  aspectos de la tragedia, y dijo algunos detalles no los recuerda, debido a que el vehículo fue impactado y en cuanto su esposo se desmontó, fue atacado a tiros.

 Expresó que cuando la hirieron sintió dos dolores en la espalda y uno en la pierna, correspondientes a  cada bala que penetró su cuerpo. Señaló que no despertó hasta ocho meses después, cuando supo que su esposo había fallecido. Dijo olvidar el tipo de vehículo en que se transportaban.  Declaró que ese día Amado la llevó al salón, la retornó a la casa y en el camino conversó con un amigo, militar, al que no identificó. 

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Desaparición de  acusado

Los jueces aplazaron la audiencia para el miércoles 21 de este mes, al descubrir la ausencia en el salón de audiencia del imputado José Alberto de la Cruz, de quien sus abogados dijeron más tarde que partió hacia  San Pedro de Macorís, al recibir una llamada de emergencia, en la que le informaron que su hija estaba enferma.