¡Viva el imperialismo!

¡Viva el imperialismo!

Confieso que en principio atribuí la propuesta a otra persona. Supuse que el doctor Leonel Fernández, como miembro del Partido de la Liberación Dominicana, estaba impedido de pronunciar esas palabras. “Tú pudiste pedirlo –me dije- pero ¿Leonel? ¡Jamás!”. Sin embargo de lo inaudito, la proposición salió de boca del doctor Leonel Fernández, en su calidad de Presidente de la República Dominicana. Del dicho al hecho hay enorme trecho.

El Presidente Manuel Zelaya se encuentra, técnicamente, en territorio extraño al hondureño. Paradójicamente, está en su natal Honduras. El procedimiento que adoptó es singular y sabio. No creo que la iniciativa le corresponda, y me permito pensar que es de confección lulista. Es decir, recomendación de Luiz Ignacio Da Silva, alias Lula. El Presidente de los Estados Unidos de Brasil ha dado muchas sorpresas con sus actuaciones. Zelaya, al amanecer en la embajada brasileña en Tegucigalpa, salvó la cara a Lula, diciendo que su colega ignoraba que habría de asilarse en esa legación diplomática.

El antiguo obrero metalúrgico que guía a los brasileños ha probado ser astuto, sabio y prudente. Llamado a integrar la entente venezolano-boliviana, Lula sonrió, se congració, abrazó y salió. Mas no asumió compromisos. Zelaya en cambio… bueno, a Zelaya lo han visto actuar ustedes, tanto como yo. Por eso pienso que este paso al frente lo concibió Lula. Y no es censurable. Por el contrario, se aviene al objetivo de lograr que Zelaya sea reinstalado.

Tras el acto de pernoctar furtivamente en la representación diplomática en Tegucigalpa, corresponde al común de los países del continente dar un siguiente paso. Pedir a Estados Unidos de Norteamérica que ejerza como Estado Imperialista contraviene el sentir de los tiempos actuales. Y las miras del innovador mandatario estadounidense. Estados Unidos de Norteamérica como Súper Estado no está llamado a incursionar en el devenir de otro Estado. Tampoco el Presidente Obama. La tarea corresponde al sistema diplomático continental.

El doctor Fernández lanzó una propuesta bienvenida en otros labios, desaconsejada  para él. Porque en el mundo que se propulsa, las acciones ejercidas para que el gobierno de un país mantenga inobjetables procederes corresponden a un sistema diplomático multilateral. Y, gracias a Dios, en esa postura se ha colocado Barack Obama, a diferencia de predecesores suyos que enardecieron a cuantos gritaban ¡abajo el imperialismo!   

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