Estamos en el umbral de la Semana Santa. La semana por excelencia, la que celebra la Iglesia el misterio santo de nuestra Salvación.
Sin embargo, el mundo la anuncia según criterios paganos que pretenden arroparnos y olvidar la esencia, lo que celebramos, el misterio de nuestra salvación. Y es que se anuncia por doquier ofertas de todo tipo, viajes, trajes de baño para la playa, bebidas a buenos precios y para qué seguir. Se nos agotaría el espacio que disponemos para recordar qué es lo que vamos a celebrar y de qué forma escogeremos. La pagana o la espiritual.
Vale la pena cuestionarnos, hasta qué punto en nuestro interior reflexionamos, y vivimos el significado profundo de lo que nuestro Señor y Salvador Jesucristo padeció por nosotros para nuestras conversiones y cambio de vida.
Gracias a Dios por suscitar en monseñor Víctor Masalles el «Yo me quedo» , un programa espiritual intenso que se vive ya en tantas parroquias de nuestra Arquidiócesis de Santo Domingo, por supuesto en Ban´, sede de su fundador y en otras más, no solo de nuestro país, sino más allá de nuestras fronteras. Y es que en ese tiempo bendito se realizan retiros, actos penitenciales para purificar nuestras almas de nuestros pecados y tantas vanidades que nos alejan del Señor.
Asimismo, les recordamos un retiro multitudinario que anualmente celebra la comunidad Siervos de Cristo Vivo en el Colegio Loyola el lunes 15, martes 16 y miércoles 17 de abril en plena Semana Santa desde las 5:30 pm, abierto y gratuito y que suele ser transmitido por el canal Televida para el aprovechamiento de todos y por facebook live desde la página de dicha comunidad.
También en las iglesias de la zona colonial se realizarán prédicas, misas, procesiones, exposición del Santísimo, la celebración de las 7 palabras, vigilia y misa de resurrección.
Estas líneas pretenden ser una invitación a conocer las maravillas de nuestro Señor Jesucristo, como dijo Felipe a Natanael: Ven y lo verás. Esta es nuestra cita, nadie está excluido, todos estamos invitados: Se trata de que en esta Semana Santa, cuando la Iglesia celebra el año de la Palabra nos aprovechemos de las abundantes gracias que Él derrama y no nos dejemos llevar por las corrientes frívolas, vacías y pasajeras que el mundo nos presenta, queriendo privarnos de la felicidad verdadera y siempre eterna.
Como bien decía San Agustín: «Qué prefieres, amar las cosas temporales y pasar con el tiempo, a no amar al mundo y vivir eternamente con Dios”? Para este gran proyecto de vida eterna, no estamos solos.
Tenemos la gran ventaja de que Jesús es nuestro guía ya que Él es el camino, la verdad y la vida. Con Él y en Él, como dice el sacerdote en la sagrada Eucaristía nos ofrece al Padre para darle todo honor y toda gloria. En Jesús sabemos cómo vivir en el amor, perdonar y ser perdonados con el auxilio maravilloso de su gracia.
La Iglesia nos exhorta en este tiempo a hacer más penitencia con oración, ayuno y limosna para purificar nuestras almas y ser más agradables a Dios y acercarnos al sacramento eucarístico, ya sea recibiéndolo en la comunión y o visitándolo en el Santísimo. Decimos con el Padre Pío estas palabras: “Dios nos ama, y mucho. Corresponder a su amor es nuestro compromiso”.