Vividuras de vividor

Vividuras de vividor

Hace muchísimos años -me parece que más de cuarenta- escribí un ensayo titulado “Teoría del vividor”. Con el texto de ese escrito empieza mi libro “Disparatario”, publicado en el año 2002. En los primeros párrafos me digo: Fulano de tal es un vividor; esa frase la he oído muchas veces. Pero, ¿qué es un vividor? Es muy extraño que a quien vive de mala manera o a expensas de los demás, le llamen, precisamente, vividor. El uso de este vocablo sugiere que el vividor ha llegado a una forma óptima del vivir que lo convierte en un profesional de la existencia.

Cuando se dice que un hombre se “desvive” por algún propósito, quiere decirse que su vida está movida por ambiciones, anhelos, objetivos o ideales, que no lo dejan vivir, o, más bien, que no puede vivir sin ellos. Son metas que están fuera de nosotros y que para alcanzarlas es preciso un continuo esfuerzo o guerra que hace de nuestra vida un afán. Se “desvive” quien vive sometido a reglas, quien conduce su existencia según tal o cual régimen. Desvivirse es una paradójica forma verbal privativa y reflexiva que, seguramente, nunca será estudiada por un verdadero vividor. No “desvivirse” por nada es lo propio del vividor.

En los últimos tiempos, a medida que envejezco, he vuelto a pensar en algunos vividores excepcionales que conozco. Uno de ellos, de fluida conversación y notable desfachatez, afirma: de la vida se sabe que es buena; pero no se sabe cuándo acaba; lo único práctico es disfrutarla todos los días… hasta que llegue la muerte, “esa gran intrusa, aguafiestas, que pudre el cuerpo y paraliza la mente”. Afirma que, desde hace años, “come quesos y bebe vinos, en actitud celebrante y ritual”.

El vividor aludido está convencido de que los problemas políticos, económicos y sociales del mundo de hoy, no tienen solución, ni a corto, ni a mediano plazo. Por ello ha decidido que, mientras las grandes potencias intervienen militarmente, colonizan territorios o guerrean por el control de los mercados, él seguirá acudiendo a los bares a consumir deliciosos bocadillos, trozos de queso, jamón, buenas bebidas alcohólicas. Y reitera al fin que no debe “desvivirse” por ningún motivo.

 

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