Para reducir la pobreza y que no sea coyuntural, hay que crear empleos productivos y llevar el financiamiento a los “hijos de machepa” a través de sus padres. Por eso estoy de acuerdo con la decisión de la Junta Monetaria de liberar hasta RD$10,000 millones de los fondos del encaje legal de los bancos comerciales y asociaciones de ahorros y préstamos, para financiar la construcción y adquisición de viviendas que beneficien a familias de ingresos medios-bajos.
Para que sea efectiva, los préstamos-desembolsos deberán estar por debajo de 500,000 pesos, la cuota mensual no puede superar 4,000 pesos, porque mucho más de la mitad de los trabajadores que suscribirían la hipoteca recibe un salario mensual por debajo de RD$11,298, el mínimo de las empresas grandes. Si el préstamo fuera RD$2,400,000 pesos, a 8% y 20 años para pagar, la cuota mensual sube a RD$20,075 pesos. Lo que quiero decir es que el impacto neto dependerá del destino final de los fondos, lo que a su vez está ligado al monto del préstamo. Podría ser de consideración si benefician a familias de ingresos medios-bajos principalmente, por el efecto multiplicador a través del hilo conductor directo que tienen con la pobreza.
El programa será buen negocio para los intermediarios financieros, además de los ingresos por préstamos, retendrán la renta producida por los títulos-valores de renta fija que usen en reemplazo del encaje en efectivo. También para la economía, poco a poco regresará al mercado RD$10,000 millones de los RD$15,000 millones congelados con el aumento de encaje. La liberación de fondos deberá contribuir con un proceso inverso con las tasas de interés, reducción de las activas y aumento de las pasivas. Si cuando aumentó el encaje el argumento fue que tenía el potencial de reducir los préstamos de la banca, la liberación de liquidez deberá conducir a lo contrario.
Las dos resoluciones “macro prudenciales” de la Junta Monetaria, la referida en este artículo y la que aumentó el encaje de 15 a 17 pesos por cada 100 pesos de depósito, deben analizarse en conjunto, aunque tengan objetivos diferentes. Esta última fue efectiva, redujo la liquidez en pesos de la banca y eliminó la fuerte volatilidad de la tasa de cambio. Con la oposición de la Asociación de Bancos Comerciales, argumentó que era un impuesto indirecto al sistema financiero, que encarecía los depósitos en los bancos comerciales, que debían renunciar a fondos que no podían utilizar con libertad para prestar y generar ingresos netos.
Hasta ahora las evidencias apuntan en otro sentido. En dos meses (diciembre 2014-febrero 2015) aumentaron el margen en 1.88%, elevaron las tasas de interés activas y redujeron las pasivas. Bajo esa perspectiva y asumiendo constante el escenario para los próximos doce meses, aplicando el margen adicional al pasivo sujeto a encaje legal de RD$710,000 millones, implica ingresos adicionales potenciales de RD$13,348 millones. Prestados a la tasa activa promedio de 17.81% a febrero, obtendrán ingresos por RD$2,377 millones. Ambos ingresos sumados (RD$15,725 millones) supera el monto (RD$14,200 millones) que congeló el encaje adicional de 2%. Es decir, en lugar de reducirse aumenta el ingreso de los bancos, al menos que el proceso inverso con las tasas de interés reduzca el margen.