Viviendas inteligentes

Viviendas inteligentes

¿Se imagina poder encender el aire acondicionado de su casa desde el trabajo u observar qué está sucediendo en su interior mientras usted se encuentra fuera de ella? Las viviendas inteligentes permiten, entre otras muchas cosas, controlar y vigilar la seguridad de su hogar en cualquier momento.

Hace algunos años países como Japón o Estados Unidos empezaron a utilizar la domótica, la tecnología que permite controlar los aparatos y electrodomésticos del hogar a distancia. Hasta hace poco las casas inteligentes eran sólo un fruto del cine americano, pero las principales empresas informáticas y de electrodomésticos se rindieron finalmente a su atractivo y posibilidades, y ahora son cada vez más las familias que apuestan por este tipo de viviendas.

Vivir en ellas es como un sueño, sólo accesible a unos pocos bolsillos. Su precio es bastante más elevado que el del resto de hogares y depende del número de facilidades con el que cuente la vivienda, pero sus ventajas son muchas. Desde un aumento de la seguridad hasta un ahorro de energía, pasando por numerosas facilidades y excentricidades.

Las viviendas inteligentes resultan mucho más seguras que el resto porque permiten controlar en todo momento qué sucede en cada una de las habitaciones de la casa a través de una computadora o un teléfono móvil tanto dentro como fuera del hogar. La casa está conectada con una empresa encargada de la vigilancia y le avisará a la Policía y a usted si detecta algún movimiento extraño cuando usted se encuentra fuera de casa.

Pero estas viviendas también están preparadas para actuar si se produce un escape de gas o en caso de incendio. Si hay un escape de gas los detectores de la casa lo identificarán y cerrarán sus tuberías.

 Sonará una alarma y se desconectarán automáticamente los interruptores de la luz para evitar que salte una chispa. Y en caso de incendio, los detectores de calor de cada cuarto notarán la presencia de fuego y humo y activarán la alarma de incendio. Entonces el sistema avisará a los bomberos y hará sonar una sirena. Encenderá todas las luces de la casa y dirigirá a las personas que se encuentren dentro a las salidas.

Las viviendas inteligentes permiten ahorrar energía ya que posibilitan la regulación de las instalaciones de la casa. Las luces se apagan y encienden automáticamente dependiendo de si existe o no luz natural suficiente en la casa, y el sistema de aire acondiciona se regula según la temperatura ambiente en el interior del hogar.

También permite la instalación de una central de reciclaje de aguas servidas para el jardín, de placas solares y de vidrios térmicos, que permiten aislar la casa del frío o del calor con una gran eficiencia.

Mayor comodidad

Además de ahorrar una mayor cantidad de energía, las viviendas inteligentes brindan una mayor comodidad a todos sus habitantes. La casa es capaz de limpiar por sí sola el suelo de la casa –si lo deseas unas pequeñas rendijas negras situadas en la conjunción entre el suelo y la pared detectarán la presencia de polvo, suciedad o basura y harán de aspiradores automáticos–, de cubrir la lona de la piscina cuando comienza a llover y de desplegar los toldos si hace demasiado sol.

También apagará el sistema de riego por aspersión del jardín según la temperatura exterior o el estado del clima con la ayuda de un aparato de seguimiento meteorológico colocado en el tejado.

Pero las viviendas inteligentes permiten  otra serie de facilidades y excentricidades como encender la luz, la televisión del dormitorio y el calentador de la ducha o del baño antes de levantarte de la cama, o acomodar las cortinas y las luces de tu hogar con tan sólo pulsar un  botón.

Asimismo en países fríos, este nuevo tipo de vivienda  permitirá encender la calefacción de tu hogar a cientos de kilómetros o desconectar la alarma de tu casa, poner la música, abrir las puertas de tu casa a algún familiar en caso de una visita inesperada e, incluso, hablar con ellos a través de un altavoz. Todo un sinfín de posibilidades que harán tu vida mucho más fácil y llevadera.

EFE/ Reportajes

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