Vivir con sentido

Vivir con sentido

La necesidad de hallar un sentido coherente a lo que hacemos, pensamos o decimos es inherente a la naturaleza humana. Encontrar un significado a los propios actos, aporta una gran sensación de congruencia, ayuda a reconocerse a través de las distintas etapas de la vida y da pistas sobre aquello que nos acerca a la felicidad o nos aleja de ella. Por supuesto, uno debe esforzarse en hallar un sentido positivo a la propia vida y en “tejer una trama” que le acerque al bienestar y a la satisfacción personal.

Pocas cosas son peores que la sensación de que el significado de nuestros actos se nos escapa porque estos no están en nuestras manos, como ocurre cuando nos dejamos llevar por nuestros propios impulsos –sin desearlo-, las emociones se desbordan, los pensamientos negativos amargan la existencia y nos sentimos incapaces de fijar un objetivo y de trabajar en su consecución debido a una voluntad pobre.

[b]AYUDA SÍ:[/b]

Cada mañana, al levantarnos, recordamos cuales son nuestros objetivos a largo plazo e identificamos las motivaciones que nos impulsan. Encontrarle un sentido a la propia vida también implica tener “algo” por lo que vivir, una meta por la cual esforzarse y luchar a diario. Si no la tienes búscala.

Simplifica tu vida y trata de ser moderado en el consumo. Dejarse llevar por un excesivo afán de posesión puede confundirte acerca de lo que resulta verdaderamente esencial en la vida.

Recupera el silencio. Dedica unos minutos al día a la reflexión y date tiempo para asimilar las experiencias del día.

Asegúrate de que eres tú quien lleva las riendas de tu propia vida. Fortalece tu voluntad; aprende a canalizar tus emociones e impulsos y a controlar el pesimismo.

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